El Gobierno de Cristina Fernández ha desvelado un plan inédito en los mercados de deuda soberana para esquivar su segundo impago en 13 años, aunque ha mostrado su voluntad de negociar con sus acreedores. Argentina canjeará los bonos que se rigen bajo la ley de EEUU por bonos bajo ley argentina, y también busca dialogar con el juez que falló en su contra. Siga toda la información en la edición argentina de elEconomista América.
Según anunció en una comparecencia ante la prensa el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, el Gobierno de Cristina Fernández propondrá a los acreedores que aceptaron los canjes de 2005 y 2010 cambiar los bonos emergentes de esas reestructuraciones y emitidos bajo legislación estadounidense por otros nuevos pero con legislación argentina.
Pagar a través de bancos argentinos
Esto le permitiría al país suramericano continuar con los pagos a esos acreedores a través de bancos argentinos, en vez de girar fondos a cuentas de los Estados Unidos, amenazados con embargos por una petición de los querellantes, fondos de inversión que rechazaron las refinanciaciones y que acudieron a tribunales en Nueva York.
"Vamos a dar todos los pasos para un canje de deuda, para pagar en Argentina, bajo ley argentina", anunció Kicillof. El ministro no dio detalles de cómo instrumentará la nueva oferta de canje ni qué tiempos demandará el proceso. Argentina debe hacer frente a un nuevo compromiso de pago el próximo día 30, cuando debería girar 900 millones de dólares a Estados Unidos para pagarle a los acreedores que se adhirieron a los canjes.
La difícil situación que atraviesa Argentina se debe a un fallo de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, que este lunes rechazó un apelación argentina y dejó en firme una sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa en un litigio planteado por fondos especulativos tenedores de deuda soberana, que obliga a Buenos Aires a pagar una deuda de 1.300 millones de dólares que, con intereses, asciende a 1.500 millones. Según Kicillof, el fallo de Griesa, "empuja al país al default" (suspensión de pagos).
Debería pagar 120.000 millones de dólares
El cese de pagos, según alegó el ministro, se produciría porque, si se le paga a los fondos litigantes, el resto de los acreedores que no aceptaron los canjes (un 7% sobre el total) también podrían demandar el cobro de bonos en mora por 15.000 millones de dólares, cifra equivalente a la mitad de las reservas monetarias de Argentina.
Asimismo, si se les pagara a estos acreedores, los inversores que sí aceptaron los canjes también tendrían derecho legal a reclamar el pago total, sin quitas, del capital original reestructurado más los intereses, suma que ascendería a 120.000 millones de dólares y el ministro aseguró que es "impagable".
"No podemos permitir que nos impidan honrar nuestros compromisos con los bonistas, con los acreedores", insistió el ministro, que aseguró que "se han tomado todos los recaudos para impedir que la reconstrucción de la economía argentina esté en riesgo".
A su juicio, esta situación se ha creado "no porque hayamos hecho las cosas mal, sino porque las hicimos bien y negociamos, pero encontraron una forma jurídica de reclamar los fondos que compraron deuda para hacer esto, para hacer un negocio financiero extraordinario, que pone en jaque todos los demás negocios", denunció.
Las alternativas de Argentina
La opción de un canje de la deuda reestructurada a pagar en Argentina es una de las pocas alternativas que le quedan al país para cumplir con sus obligaciones porque "si no le pagamos a los fondos buitres, la sentencia dice que no le podemos pagar a los bonistas, y si les pagamos a los buitres se genera una deuda impagable", agregó.
La crítica situación creada por el fallo de la Suprema Corte estadounidense ha convertido el problema de la deuda en un tema de Estado y, tras las primeras críticas de la oposición, tanto los principales dirigentes opositores como el Gobierno han subrayado su voluntad de buscar una salida consensuada.
En el marco de esta estrategia, Kicillof, y otros altos cargos del Gobierno de Cristina Fernández se reunirán mañana con los jefes de las distintos bloques en el Parlamento.