Economía

Palo a Bush: la mayor empresa de Kuwait le llama fascista en un anuncio en la prensa internacional

La mayor empresa de Kuwait arremete contra el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Foto: Bloomberg.
El Grupo Al Kharafi lidera una cruzada para atacar a EEUU y agilizar la reconstrucción del Líbano

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se desayunó ayer con una desagradable sorpresa al hojear la prensa internacional. En una de las primeras páginas de la edición internacional del Herald Tribune, aparecía una noticia que no dudaba en relacionarlo directamente con la guerra en el Líbano y acusarlo de fascista por permitir las bajas de civiles y, particularmente, de niños.

El anunciante era nada menos que el Grupo Al Kharafi, la mayor empresa de Kuwait, país socio de EEUU en la zona. La compañía no vaciló en pagar 87.693 euros, que es la tarifa de una página a todo color en el IHT. El anuncio está ilustrado con 12 fotografías que reflejan los mayores desastres de la guerra para los libaneses, prestando especial atención a niños amputados.

Además, y para que no quede ninguna duda de quién es el culpable de este desastre, incluye el texto siguiente: "Carta abierta a su excelencia, George W. Bush, el presidente de los Estados Unidos de América: estamos de acuerdo con usted y con todo el planeta en su rechazo al fascismo. Sin embargo, observando las imágenes de las víctimas libanesas de los bombardeos israelíes en agosto de 2006, pensamos que no hay ningún error en señalar: ¿Quién merece ser acusado de fascista?".

La empresa que firma el anuncio no es sólo la mayor compañía constructora y de servicios de Kuwait. La familia de Al Kharafi es una de las más ricas del mundo (la número 29, según la lista de millonarios de la revista Forbes) y el hermano de su actual presidente forma parte del Gobierno kuwaití (fue presidente de la Asamblea Nacional) y su hermana es la máxima responsable de la Universidad.

Curiosamente, entre los negocios que mantiene destaca su relación con Americana, el principal operador de la cadena de comida rápida estadounidense, así como operaciones en el Reino Unido, casi todos los países árabes ricos y algunos africanos. Es decir, una de las empresas más poderosas de Oriente Medio planta cara a George Bush en un conflicto del que Estados Unidos ha preferido no opinar demasiado.

No es la primera vez que Al Kharafi recurre a la publicidad para llamar la atención sobre la guerra del Líbano. Ya el pasado 10 de agosto, la compañía publicó otro comunicado en el que invitaba a todas las grandes corporaciones árabes a participar en la reconstrucción del territorio libanés. Recordaba, en el mismo estilo vehemente de la carta a Bush, los desastres de las bombas israelíes y, en este caso, apelaba al hermanamiento entre los países musulmanes.

Entre los borradores de donaciones y ayudas que prepara la comunidad internacional, el grupo kuwaití ocupa una posición privilegiada respecto a los demás.

Daños en el norte israelí

A todo esto, los cohetes katiushas de Hezbolá también han dejado un rastro de destrucción al otro lado de la frontera.

Mientras que las Naciones Unidas pone de acuerdo a los países para concretar el tipo de ayuda y de despliegue que mandará a la zona, las autoridades israelíes actualizaron ayer el coste directo de la guerra en el norte de su país: 1.000 millones de euros. Esta cifra reduce considerablemente la que ofreció hace sólo unos días el Banco de Israel, que calculó los daños en 6.000 millones de euros.

La cifra ofrecida ayer por la pernsa israelí incluye los daños directos causados por los misiles lanzados desde el sur de Líbano, y que han destrozado viviendas, edificios de oficinas, escuelas y hospitales; y también daños indirectos, como la pérdida de salarios.

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