Según el Nobel de Economía, Michael Spence, "la economía española está empezando a atraer la atención de los inversores" y reconoce en un editorial publicado en Project Syndicate que "si bien hay grandes problemas que aún deben superarse", también hay un sentido claro de que "la economía se encuentra en un punto de inflexión desde el inicio de este año".
Spence reconoce que que los brotes verdes no florecerán sin un mayor acceso al crédito, que todavía está obstruido por los daños en los balances fruto de la crisis. Además indica que el camino de vuelta al pleno empleo y el crecimiento sostenible "no ocurrirá de la noche a la mañana" aunque se muestra optimista sobre el progreso realizado hasta ahora e indica que "la recuperación podría ser más rápido de lo que la mayoría de los observadores esperan".
El profesor de economía en la Universidad de Nueva York explica, al hacer referencia a las dinámicas de nuestro país en el pasado, que "la economía española es un caso clásico de un patrón de crecimiento defectuoso seguida de una recuperación predecible". Dicho esto, y aunque la inversión interna es limitada por la falta de disponibilidad de crédito, las principales multinacionales de Europa y América Latina han comenzado a invertir en la economía española, "atraídos en parte por su mejora competitiva y flexibilidad estructural", apunta.
España ha mostrado, según el Nobel de Economía, que aunque la flexibilidad estructural es difícil de lograr políticamente, "es esencial para el buen desempeño económico" y necesaria para reequilibrar un patrón de crecimiento defectuoso. De hecho, Spence recuerda que las economías con mayor éxito de las últimas tres décadas han sido las que adoptaron reformas encaminadas a aumentar la capacidad de adaptación estructural, como EEUU tras la era Reagan o el Reino Unido tras Margaret Thatcher o Alemania después de Gerhard Schröder.