Economía

"Imaginación y austeridad": así ajustaron sus cuentas los ayuntamientos

  • En Teruel han recortado un 10% el presupuesto de las fiestas

Tras someterse a severos planes de ajuste, reducir sus plantillas y posponer las inversiones no fundamentales, 7.300 ayuntamientos españoles lograron cerrar el año con superávit en sus cuentas. En total, el saldo positivo se elevó hasta los 4.000 millones en 2013, una aportación fundamental para evitar que se disparase el déficit del Estado.

La senda del superávit la iniciaron los grandes ayuntamientos, con Madrid a la cabeza (1.163 millones), seguido de Barcelona (284), Valencia (116), Sevilla (104) y Zaragoza (81), según los datos ofrecidos por el Ministerio de Hacienda.

Pero no solo las grandes ciudades lograron resultados positivos. Es el caso, por ejemplo, de Romangordo, en Cáceres, que con 286 habitantes logró un superávit de 1,8 millones de euros. Esta cifra, que representa el 55% de los ingresos del municipio, fueron posibles gracias a una sentencia por la que se beneficia del IBI de la central de Almaraz. El objetivo de la alcaldesa es invertir dicha cantidad en construir una residencia para dependientes, que generaría 30 puestos de trabajo.

Controlar el gasto

En Benalmádena (Málaga), con 61.000 vecinos, el año se cerró con un saldo positivo de 33 millones, el 32% de sus ingresos. Este logro se basa en dos claves, según el concejal de Hacienda del municipio, José Miguel Muriel: recaudar con eficacia, sin subir impuestos; y controlar el gasto de manera "brutal", en una localidad en la que antes cualquier empleado podía usar recursos públicos sin autorización, según denuncia Muriel.

El Ayuntamiento de Cuenca logró cerrar el año en positivo por primera vez desde 1991. El alcalde, Juan Ávila, explica que en dos años han pasado de un déficit de 20 millones a un superávit de 228.000. Lo han hecho sin despedir a nadie, recalca, pero con la mitad de liberados y asesores.

En la misma provincia, la alcaldesa de Vara de Rey, un pueblo de 622 habitantes, Anunciación Martínez, lleva dos años firmando cuentas en superávit. En 2013 el remanente de tesorería fue de 320.000 euros, sobre un presupuesto de 700.000. "Los vecinos dicen que es una pena que no haya toros, pero acaban viendo que todo lo demás funciona y entonces lo aceptan", explica Martínez. "Se arregla lo que se rompe, pero hay inversión cero", confirma.

En Torrelodones (Madrid), han sido los propios vecinos los encargados de sanear las cuentas. La filosofía del Gobierno de Vecinos por Torrelodones pasa por evitar que los departamentos "se puliesen" lo que sobraba del presupuesto". "Cogen los de informática y me dicen si queda dinero, pues empiezan a comprar y lleno el almacén de tóner, papel o lo que sea. Eso lo hemos evitado", explica Luis Collado, concejal encargado de gestionar los más de dos millones de superávit de las cuentas municipales.

Tijeretazo a las fiestas

En Teruel, los concejales se han bajado el sueldo un 30%, y se ha dado un tijeretazo del 10% al presupuesto de las fiestas y a las subvenciones al deporte de élite. "Solo ha aumentado el gasto social", proclama el alcalde, Manuel Blasco, satisfecho por lograr 800.000 euros de superávit tras tres años de ajustes.

"Imaginación y austeridad", propone como receta Diego Movellán, alcalde de Camargo (Cantabria), para sanear las cuentas sin recortar políticas sociales, y pudiendo asumir gastos impropios, como por ejemplo las becas escolares. El millón de euros de superávit se destinará a "afrontar imprevistos".

Gestión energética

Varios años de superávit suma Peñas de San Pedro, un pueblo albaceteño de 1.300 habitantes, cuyo alcalde, Antonio Serrano, trata de atraer población. Para ello recurre a ideas como ofrecer seis meses de trabajo a personas vinculadas a la localidad que estén en paro y matriculen a sus hijos en el colegio del municipio. La buena marcha de las cuentas tiene que ver con la gestión de la energía eólica.

En el caso de Ascó (Tarragona), el superávit, que en 2013 alcanzó los 3,8 millones, viene impulsado por la gestión de la energía nuclear.

En Canarias hay municipios que no solo han logrado cuadrar sus cuentas, sino que incluso han podido liquidar todas sus deudas con los bancos. Es el caso de Moya (Gran Canaria), cuyo alcalde, Hipólito Suárez, se enorgullece de pagar a sus proveedores en 20 días y de haber bajado el IBI un 35%.

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