
Es el candidato socialista a presidir la Comisión Europea de cara a las elecciones del próximo 25 de mayo pero actualmente preside el Parlamento Europeo. Martin Schulz, cree que "falta valentía" en los líderes políticos de la UE para diseñar un futuro mejor para los ciudadanos.
"El gran déficit es que hablamos de las medidas de austeridad, pero no de las perspectivas de futuro. Falta un mensaje de esperanza", afirma el político socialdemócrata alemán en una entrevista con Efe en su despacho del Parlamento Europeo en Bruselas.
Schulz, cuyo partido aparece en las encuestas muy igualado al Partido Popular Europeo (PPE) -que presenta como candidato a presidir la Comisión Europea al ex primer ministro luxemburgués Jean Claude Juncker-, detalla algunas de sus prioridades, entre ellas "recuperar la confianza de los ciudadanos sobre lo que les concierne directamente".
Si el Partido Socialista Europeo (PSE) ganase las elecciones europeas, ¿qué cambios inmediatos propondría?
El desafío más importante es recuperar la confianza y para eso hay que reintegrar al ciudadano en el proceso de decisión y en su aplicación. Explicar qué hacemos aquí, qué se puede hacer mejor, cómo ser más eficaz y más cercanos a los ciudadanos. En suma, hacer ver y que le sea tangible al ciudadano que hemos comprendido ese sentimiento de sentirse ajeno a la UE.
Segundo cambio: la lucha contra el desempleo y sobre todo contra el desempleo juvenil, contra la dificultad en el acceso al crédito de las pymes, que dificulta la inversión.
También hace falta que dejemos de hablar de "miles de millones" de euros, porque para una parte de los ciudadanos un millón de euros es mucho dinero, pero para un 95% mil euros es una cifra decisiva para sobrevivir cada día.
En resumen, hay que poner al individuo en el centro de nuestras decisiones.
¿Cómo se puede compatibilizar el mensaje a un ciudadano español preocupado por el desempleo y el dirigido a un alemán preocupado por la inflación?
La inflación no existe en Europa. Tenemos un mínimo de inflación que es un elemento de estabilidad del euro. Está en un nivel históricamente bajo. No merece la pena discutir sobre el temor a la inflación, tenemos que discutir sobre la deflación.
Los jóvenes españoles deben saber que la prioridad de las prioridades para las instituciones europeas es el crecimiento necesario para crear empleo. A las empresas que inviertan y empleen a gente joven hace falta privilegiarlas con un tipo de interés más bajo o un periodo de reembolso a más largo plazo.
¿Pero cree de verdad que el mensaje puede ser el mismo con una percepción tan diferente de la crisis?
Cierto. Pese a la diferencia en la situación económica hay un sentimiento y una percepción común entre un ciudadano alemán y español: la percepción de que los grandes no pagan tasas cuando generan miles de millones de beneficios y en cambio cuando pierden son los ciudadanos los que pagan.
Es un sentimiento compartido en España y en Alemania: los grandes no contribuyen igual que los pequeños. Esa percepción de injusticia, de desequilibrio social, es la misma en Alemania que en España.
La conclusión es que Europa debe reintroducir la justicia. El país del beneficio debe ser el país de la tasa. Eso quiere decir también luchar contra la evasión y el fraude fiscal. Ese es un deseo común tanto en España como en Alemania.
¿Hay una falta de liderazgo en la UE?
Lo que hace falta es que seamos valientes. El gran déficit de la política europea es que sólo hemos descrito la crisis, pero no las perspectivas de futuro. Creo que el ciudadano espera de la política perspectivas, una política de esperanza. Demostrar a la gente que somos un continente muy fuerte.
Aunque tengamos una distribución muy injusta de la riqueza, per capita somos el continente más rico al que todo mundo quiere acceder.
No hay soluciones a corto plazo. Europa no fue construida a corto plazo, sino durante muchas décadas. Hay que creer que hay opciones y alternativas para crear un futuro mejor. Si cree que falta liderazgo, yo prefiero decir que a Europa le falta la valentía de creer en alternativas.
¿Los ciudadanos van a diferenciar el mensaje socialista del mensaje del PPE en un contexto de crisis y de austeridad?
Hay una diferencia desde hace mucho tiempo y se describe con este asunto: jamás un presupuesto público será sano sin crecimiento. La política de reducción unilateral de gastos para reconquistar la confianza del inversor, no funciona. Hace falta invertir en el crecimiento y en el empleo. La gente que tiene empleo gasta dinero, consume, invierte y eso crea crecimiento y el crecimiento crea empleo y es un círculo.
Sin la inversión estratégica no se sanea el presupuesto y la deuda soberana. Esa es la gran diferencia entre nosotros. El movimiento socialista cree que es necesario combinar disciplina presupuestaria, que es un gesto de solidaridad generacional, con la inversión.
En resumen, jamás un presupuesto público se endereza sin crecimiento.
En algunos países europeos los ciudadanos piensan que democristianos y socialistas han aplicado medidas parecidas de reducción del déficit. ¿No podrían pensar los ciudadanos que ambos partidos son iguales?
Hay gobiernos europeos que hasta el momento no han visto clara la política de combinar inversiones estratégicas para el crecimiento y el empleo con la disciplina presupuestaria. Desde luego no son gobiernos de izquierda.
Como candidato, he tenido una posición y la gente sabe que las grandes controversias con el otro partido (PPE) son por esto. Si el candidato del otro partido dice, en cuestiones sociales, 'señor Schulz, tiene razón'... pues no está mal.
¿Cómo valora la gestión del actual presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso?
He sido adversario del señor Barroso de 2004 a 2009. No compartimos muchas opiniones, pero hay que ser justos con él. Barroso durante los dos últimos años ha trabajado mucho por el relanzamiento de la economía europea y estaba entre los que, como yo, decía que era necesario disciplina y crecimiento. Barroso no ha sido quien ha insistido en esa política de austeridad e incluso ha habido comisarios mucho más radicales que él.
Conclusión, tengo el mayor respeto por él, pero al final de su mandato está un poco aislado dentro de su propia Comisión.
¿Teme un ascenso de los partidos populistas y xenófobos en las elecciones europeas, o una fuerte abstención?
Tenemos 6 ó 7 estados miembros con un ascenso de partidos populistas en los sondeos, eso es preocupante. No pueden bloquear el Parlamento Europeo, pero no sabemos qué impacto puede tener en la política: ¿los otros partidos van a reaccionar intentando copiarles o van a reaccionar quitándoles la razón?
Son partidos que para cada cosa tienen un chivo expiatorio, pero ninguna solución. Que hacen grandes discursos en Bruselas, pero que no proponen medidas concretas -inversiones en pymes, energía solar en un país como España, energías renovables- eso son medidas concretas.
Lo mejor para luchar contra los extremismos es aliarse a un mensaje de esperanza, de que hay una salida de esta crisis.
Pero puede haber una subida de la abstención, lo que puede ser incluso peor que el ascenso del populismo.
Absolutamente. Pero soy optimista. Durante los últimos cinco años solo hemos discutido sobre Europa y la lógica dice que la gente ha comprendido que Europa es algo muy importante.
Estoy seguro de que la participación no va a llegar al 80%. La campaña electoral todavía no ha comenzado. Espero que durante la campaña y la identificación de personas y programas aumente el interés.
¿No hay incompatibilidad entre su función como presidente del Parlamento Europeo y su candidatura electoral?
Estoy sorprendido por ese debate. Separo estrictamente lo que hago como presidente del PE con el estatuto de candidato. Nunca se le ha reprochado a alguien lo que se me reprocha aquí. (Jean Claude) Juncker se ha presentado durante veinte años como primer ministro (luxemburgués) a la reelección y nadie le pide a un primer ministro que renuncie para presentarse a la reelección.
Todo lo que esta detrás de este reproche es la campaña electoral.