Un grupo de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que los bancos centrales mundiales deberían tener más objetivos a la hora de definir su política monetaria que la estabilidad de precios, aunque no creen que las medidas no convencionales aplicadas durante la crisis deban, en general, mantenerse en tiempos tranquilos.
WASHINGTON, 7 (EUROPA PRESS)
"La estabilidad de precios a largo plazo debe seguir siendo un objetivo principal de la política monetaria. Pero la crisis mostró que no es una condición suficiente para la estabilidad macroeconómica", aseguran en un informe titulado 'La política monetaria en la nueva normalidad'.
En concreto, los autores creen que, en el futuro, objetivos adicionales intermedios como la estabilidad financiera o la estabilidad exterior deberían jugar "un mayor papel que en el pasado".
En su opinión, cuando sea posible, se debe perseguir estos objetivos con nuevos o renovados instrumentos, como herramientas macroprudenciales, gestión de los flujos de capital o intervenciones en los tipos de cambio. En cambio, añade que si estos demuestran ser insuficientes, las políticas de tipos de interés podrían ser utiles.
En este contexto, añaden que la crisis también ha subrayado que existen aspectos desconocidos sobre los mecanismos de transmisión de la política monetaria o sobre las relaciones entre variables importantes macroeconómicas (por ejemplo, entre desempleo e inflación).
Por ello, los expertos de FMI reclaman una reconsideración de las reglas de respuesta política que incluya "más arte y menos ciencia" en comparación con el periodo previo a la crisis.
Asimismo, destacan que los bancos centrales mundiales emplearon durante la crisis financiera medidas no convencionales, como compras de bonos u orientaciones de la política monetaria, para ofrecer estímulos cuando los tipos de interés se aproximaban a cero o para garantizar una transmisión adecuada de la política monetaria a pesar de los problemas en los mercados financieros.
Sin embargo, considera que, a excepción de las orientaciones sobre la evolución futura de la política monetaria, no se deberían emplear estas herramientas no convencionales en tiempos "tranquilos", ya que los costes superarían a los beneficios.