El inversor de origen húngaro ha comprado una parte del equipo de fútbol turco Galatasaray. La vida da más vueltas que una pelota de fútbol. George Soros bien lo sabe.
En 1947, cuando sólo tenía 17 años, en plena ocupación soviética de su Budapest natal, tuvo que escapar a Londres, dejando atrás a su padre Tivadar y a su madre Erzeber.
Ahora, en 2006, este inversor, que ya es uno de los más famosos de la historia, ha comprado junto con otros socios un 21 por ciento del equipo turco Galatasaray, uno de los más ricos de Europa, con la calderilla de su fortuna de más de 7.100 millones de dólares.
La historia de este judío de origen húngaro es impactante. Todo cambió cuando llegó a la capital británica sin un penique, sin amigos y sin ocupación. "Sentí que había tocado suelo y que sólo podía subir desde allí", le dijo a uno de sus biógrafos.
"Fue un sentimiento muy fuerte, que ha marcado mi vida y no quiero estar nunca más así. Tengo cierta fobia a pasar aquello de nuevo. ¿Por qué crees que he conseguido tanto dinero?", confiesa en el libro Soros, la vida de un milmillonario mesiánico.
¿Y cómo lo hizo? En primer lugar se apuntó a la prestigiosa London School of Economics (LSE) en la que se graduó en Economía en 1952. Allí quedó impresionado por las teorías del filósofo austriaco Karl Popper, que criticaba las ideologías totalitarias y proponía la idea de "sociedades abiertas", en las que nadie buscara la verdad absoluta y los ciudadanos pudieran vivir con sus ideas.
"Cuando leí esta teoría, siendo un estudiante y habiendo sufrido de primera mano tanto los gobiernos nazis como comunistas, me impactó con la fuerza de una revelación", asegura Soros en un artículo que tituló La amenaza capitalista.
Transcurrida esta etapa de formación, Soros hizo de nuevo las maletas y se marchó en 1956 a Estados Unidos, país del que obtuvo la nacionalidad. Allí empezó la etapa que le catapultó a la fama: creó el fondo de inversión Quantum -vinculado más tarde a la sociedad Soros Fund Management- y empezó a realizar movimientos agresivos.
El más célebre fue el ataque en contra de la libra esterlina que le valió la fama de "el hombre que quebró al Banco de Inglaterra" -aunque el mérito no fue sólo suyo-, operación con la que ganó mil millones de dólares. Desde que creó Quantum, el fondo sube cada año de media más del 30 por ciento. Gracias a su olfato, Soros se fue convirtiendo en el inversor más famoso de Wall Street, sólo a la sombra de Warren Buffet, el segundo hombre más rico del mundo, con una fortuna seis veces mayor a la suya, según Forbes.
Su riqueza le ha dado una enorme influencia que no ha dudado en utilizar para atacar duramente a George Bush. En la campaña electoral de 2000 donó más de 15 millones de dólares a una plataforma que buscaba evitar la reelección del presidente: "Es una cuestión de vida o muerte", llegó a decir. A Bush tampoco le ha hecho nunca gracia el lobby impulsado por Soros a favor de la legalización de algunas drogas, como la marihuana.
Soros se ha reivindicado a sí mismo como un filántropo desde que en 1979 hizo su primera donación para financiar a estudiantes de color en Sudáfrica. Ahora, a través del Instituto de Sociedades Abiertas, desarrolla proyectos en más de 50 países. Pero mientras tanto no deja de especular, aunque sea con acciones del Galatasaray.