A principios de marzo el Gobierno aprobó una reforma de la Ley Concursal con el objetivo de evitar que empresas viables, pero altamente endeudadas, acabaran en concurso de acreedores y en liquidación. Menos de un mes después, la banca ya ha configurado una lista con las cinco compañías que ejercerán de cobayas para poner a prueba la ruta a seguir en este rescate. Las elegidas son Cegasa, Kalise, Freiremar, Naviera Armas y Ros Casares.
Según informa hoy el diario Expansión, los seis grandes bancos españoles han sido los encargados de realizar esta selección. Santander, BBVA, Caixabank, Popular y Sabadell se han puesto de acuerdo para diseñar una "estrategia común" que permita aplicar la nueva norma aprobada por el Ejecutivo.
De acuerdo con el rotativo, el plan es poner en marcha una especie de prueba piloto con estas cinco empresas antes de instaurar el fondo en el que se aglutinará toda la deuda no solvente de las compañías que sean refinanciadas. Este fondo, que se configuraría al estilo de un banco malo, podría estar funcionando antes del verano.
Cegasa, Kalise, que presentó un ERE en 2013; Freiremar, Naviera Armas y Ros Casares son empresas en graves problemas financiacieros que probablemente se verán forzadas a echar pronto el cierre.
Mucho por hacer
Por ahora, el único aspecto sobre el que se han registrado avances en los trabajos conjuntos de los responsables de riesgos de las seis grandes entidades esta relacionado con las empresas que se podrán adherir al programa de rescate. Siempre teniendo en cuenta que el modelo de negocio debe ser viable, según las fuentes consultadas por el diario se dará entrada a aquellas firmas que presenten un endeudamiento seis veces superior al beneficio bruto de explotación (EBITDA).
Así, sigue sin haber definición sobre la forma en la que se restructurará a las compañías, algo que dependerá en gran parte de las características propias de cada firma. Tampoco hay un patrón claro en cuanto a cómo se reducirá la deuda o si se contemplarán posibles inyecciones de capital.
Sobre fondo o vehículo financiero al que la banca podría traspasar la deuda no solvente, permanece sin definir la clase de activos aportarán las entidades ni cómo se gestionará una vez se realicen los traspasos.