El Banco de Inglaterra suprimirá entre 80 y 100 puestos de trabajo tras llevar a cabo una revisión de su funcionamiento y sus recursos, que ha identificado la posibilidad de ahorrar 18 millones de libras (21,9 millones de euros) entre 2015 y 2016.
La institución presidida por Mark Carney ha presentado este viernes los resultados de este plan dirigido a mejorar la eficiencia y la eficacia de sus servicios centrales y poder dedicar más recursos a la amplia gama de responsabilidades del banco.
Esta revisión ha analizado la distribución del personal y los gastos directos y ha identificado ahorros por valor de alrededor de 18 millones de libras, en torno al 10% del gasto revisado, que se reinvertirán en toda la entidad con el fin de apoyar la ejecución de sus objetivos estatutarios.
Como consecuencia, se reorganizarán varios equipos de los servicios centrales, lo que ofrecerá nuevas oportunidades a parte de la plantilla, que desempeñará nuevos papeles en la entidad.