
Pese a la evidente mejoría de las condiciones de financiación en los mercados internacionales y la fuerte bajada de la prima de riesgo, que han abierto una ventana de liquidez clave para España, el servicio de la deuda pública sigue pesando -y mucho- en las cuentas públicas del país. Prueba de ello son los 23.725 millones de euros que el Estado pagó por intereses entre enero y octubre de 2013, con lo que la suma final al cierre del ejercicio se situará en el entorno de los 30.000 millones de euros. Una cifra que está en consonancia con los 31.050 millones que el Gobierno presupuestó en concepto de gastos financieros para el pasado año, y que representan el 3% del Producto Interior Bruto (PIB).
No obstante, la evolución de los intereses en los primeros diez meses de 2013 implica que la Administración central necesita cada mes una media de 2.400 millones tan sólo para hacer frente al abono de la carga financiera de los intereses. Así se concluye de las estadísticas del Banco de España sobre los recursos y empleos del Estado según la Contabilidad Nacional, contenidas en su boletín de diciembre.
Otro dato ilustrativo de la servidumbre que supone el pasivo acumulado por el sector público durante la crisis es el siguiente: si el cierre de 2013 se salda finalmente en esos 30.000 millones previstos, significará duplicar los 14.224 millones que se pagaban por idéntico concepto a finales de 2008, es decir, en los comienzos de la crisis.
Servicio total de la deuda
Atendiendo a los Presupuestos Generales del Estado para 2014, los gastos financieros estimados registrarían un descenso del 5,2% -equivalente a casi 2.000 millones- con respecto a la cifra presupuestada para 2013, que ascendía a 38.660 millones.
Sin embargo, tal y como señala el Instituto de Estudios Económicos (IEE) en su informe sobre las cuentas públicas de este año, "si se compara la cifra de los PGE-2014, no con la contenida en los PGE-2013 sino con el avance de liquidación, según el cual el gasto en este capítulo ascenderá a 31.000 millones, resulta que no se produce un descenso sino un incremento de unos 5.600 millones".
El servicio total de la deuda, entendido como la suma de las partidas de gastos financieros y pasivos financieros, asciende en los Presupuestos del Estado del presente año a casi 105.000 millones, lo que representa el 10% del PIB, aunque algunos expertos, entre ellos el IEE, auguran que "probablemente se sitúe por encima de esa cifra, ya que la partida de pasivos financieros está infraestimada. Si comparamos esta ratio con el mínimo alcanzado en 2009, que fue del 4,8% del PIB, se pone de manifiesto la preocupante dimensión que está alcanzando el nivel de deuda pública debido a la cantidad de recursos que absorbe el servicio de la misma y la forma extraordinariamente rápida en que ha crecido".
Por supuesto, ni la escalada de la deuda ni el repunte de los intereses es un mal que aqueje únicamente a España, aunque sea uno de los países que más lo sufre. De hecho, entre 2007 y 2012, todos los países de la Eurozona sufrieron un creciente deterioro del endeudamiento público -que sigue hasta la fecha-, que en el caso de España ha sido especialmente fulgurante: el endeudamiento pasó del 36% al 84,2% del PIB en cinco años.

Agrandan el 20% el pasivo
En la progresión del endeudamiento no sólo inquietan los elevados volúmenes acumulados por las Administraciones Públicas durante la crisis, sino la carga que suponen los intereses, que para 2013 se habían proyectado inicialmente en 38.000 millones y que, posteriormente, el Ejecutivo rebajó al entorno de los 31.000 millones.
Pero es que, además, el servicio de la deuda entre 2007 y 2012 ha sido responsable del 20% del aumento de la cifra total del pasivo español, según puso de manifiesto el Banco de España en su boletín de julio-agosto.
La Comisión Europea también ha alertado de la escalada de la deuda española. En un documento de trabajo, publicado en junio de 2013, advertía de que el pasivo español crecería al mayor ritmo en toda la UE hasta 2016. En concreto, sostenía que los cerca de 16 puntos de PIB previsto de alza de la deuda entre 2013 y 2016 no tenían rival en Europa, ya que Reino Unido -segundo en el ranking de repunte del endeudamiento- sólo preveía incrementarlo en 9 puntos de PIB.
Además, según el estudio de la Comisión, de los Estados que en 2012 tenían más del 60% de pasivo, España y Reino Unido eran los únicos que daban por seguro que llegarían a 2016 más endeudados que en 2012.