
Si una virtud tiene Juan Rosell como dirigente empresarial, además de su capacidad de gestión, es la prudencia. Y ambas las aplica ahora para dirigir a la CEOE en la etapa más difícil de su historia, por la crisis económica del país y por la reorganización emprendida en la patronal. Aunque la entrevista se realizó dos días antes de que Artur Mas hiciera públicas las preguntas de su referéndum, hablar de la deriva catalana era ineludible y Rosell contestó, como siempre, sincero y sin reparos. En su juventud quería ser periodista e, incluso, llegó a trabajar en el Diario de Barcelona y Tele/Exprés. Y eso marca.
Señor Rosell, desde el Gobierno se asegura que 2014 va a ser el año del crecimiento económico y la creación de empleo. ¿Ven también los empresarios la recuperación?
Nosotros lo que vemos es lo que dice nuestro servicio de estudios y también el resto de servicios de estudios en España, y todos coincidimos en que el año que viene va a haber crecimiento positivo, que probablemente será de un punto y que en 2015 nos iremos a un punto y medio. Si eso es así, se supone que ya hemos dejado la crisis atrás. Ahora lo que nos falta es que con esos datos positivos de crecimiento del PIB haya creación de empleo.
¿Y lo habrá? ¿De verdad se puede hablar de crear empleo neto?
Creo que en las circunstancias actuales y en una economía básicamente de servicios como la nuestra, con poco crecimiento del PIB, alrededor del 1 por ciento, se creará empleo, especialmente cuando algunos tipos de empleo van a ser en clave europea, es decir, cada vez habrá más empleo a tiempo parcial. Ésa es la tendencia.
Pero, ahora que empezamos a dejar atrás la crisis, se recrudece el problema catalán. ¿Cómo puede afectar la deriva independentista a la recuperación?
En Cataluña hay un desencuentro entre la ciudadanía catalana con respecto al resto de España y eso ha sido incrementado exponencialmente por la situación de crisis. Yo lo que pienso es que después de la efervescencia viene la calma y que queda mucho diálogo, mucha necesidad de hablar sin tabúes. Creo que hay que volver a hacer un gran pacto nacional, no sólo con Cataluña, sino con el resto de España, para que la estructura de este país la entendamos todos, la queramos todos y ver cuál es la que podemos tener en la práctica. Esto exige un ejercicio muy importante de pragmatismo y de ir en la dirección que marca la situación económica mundial que nos indica que cuanto más fuerte y más grande es Europa nos va a ir mejor a nosotros. Todo lo que sea salirse de Europa y ser más pequeño no tiene razón de ser.
¿Es viable una Cataluña independiente?
Yo no he visto todavía números encima de la mesa que expliquen que sí o que no. Ocurre que estamos hablando de todo y no hemos abierto el debate de los números, que es absolutamente imprescindible. Ojalá que todos, en una dirección y en otra, lo explicasen hasta el mínimo detalle para que así los ciudadanos, que muchas veces sólo tienen informaciones sesgadas, puedan opinar con conocimiento de causa.
Volviendo a la economía y al empleo, ¿hay que profundizar en la reforma laboral?
Mas que reformar hay que clarificar. En España cuando hacemos las leyes todo el mundo las interpreta a su manera. Por eso, en la reforma laboral, como en otras tantas leyes, lo que hay que hacer es clarificarla para que quede muy claro lo que ha querido decir el Legislativo y que las autoridades judiciales no la puedan interpretar. Es decir, clarificar para que se sepa lo que es blanco y lo que es negro, para que los jueces no sean quienes decidan como se tiene que llevar una empresa o si tiene posibilidades de supervivencia o no.
¿Y en temas organizativos y de contratación?
Básicamente intentar que la realidad del día a día de las empresas sea legalidad. Conseguir que si la realidad de una empresa es que pasa de una producción de cien a cincuenta no sea necesario despedir. Que haya posibilidades alternativas de reestructuración.
Otra de las reformas que se nos ha anunciado para el año próximo es la reforma fiscal, con la que se pretende, entre otras cosas, aumentar la recaudación en Sociedades.
En el Impuesto de Sociedades hay una evidencia en España: que ingresamos poco. Entonces, algo habrá que hacer. Aunque también desde el Gobierno tendrán que ver que gastamos más de lo que ingresamos y lo que creamos es un déficit fiscal. Éste es el gran problema de la economía española. Nosotros pensamos que tenemos que hacer unos impuestos mucho más simples, tener muchas menos bonificaciones y menos deducciones.
¿Habría que bajar impuestos ya?
Lo más fácil para mí sería contestar que sí. Pero en estos momentos el país tiene un déficit muy importante y somos conscientes de que tenemos que tener la recaudación necesaria para mantener el Estado que queremos. Nosotros mantenemos que los impuestos tienen que ser los más bajos posible, pero dentro de unos límites.
Un elemento básico en la recuperación ha sido la mejora de la competitividad, que se ha hecho casi exclusivamente vía recorte de los costes salariales.
Ni mucho menos. La competitividad española tiene muchos considerandos y muchas causas. La parte salarial es importante, pero tampoco son tan intensivos en mano de obra los productos y servicios que vendemos fuera. Es verdad que hicimos un acuerdo entre patronal y sindicatos para que los salarios se moderaran, que es una de las reformas estructurales más importantes que ha hecho este país, y lo hicimos por pura responsabilidad. Los datos de las exportaciones son increíbles y estamos compitiendo en los mercados más difíciles del mundo. Eso quiere decir que hay mucho subsector, mucha empresa pequeña y mediana española que puede competir.
¿Sería necesario renovar ese acuerdo de moderación salarial?
Hay que ir poco a poco. El acuerdo tiene vigencia también para 2014 y tenemos todo el año que viene para poderlo hacer. A mí lo que me gustaría es que hubiese mayor crecimiento del PIB y creación de empleo y que dentro de un par de años nos pasase lo que ha ocurrido en Alemania, donde han tenido una moderación salarial muy importante durante diez años y ahora están ya llegando a acuerdos de incrementos salariales del dos y del tres por ciento, e incluso más.
Siguiendo con las reformas pendientes: el Gobierno está trabajando en el cambio del sistema de pensiones y de la Seguridad Social. ¿Apoyan en CEOE las propuestas del Ejecutivo?
En la Seguridad Social nosotros lo que queremos es que cuadren los números. Una de las propuestas más importantes que tenía el Gobierno era la de reducir los costes de la Seguridad Social a las empresas en dos puntos, pero desgraciadamente los números de la Seguridad Social no cuadran y no se ha podido hacer. Aquí tenemos un problema de diferencia respecto al resto de los países europeos porque España y Francia somos los países donde las empresas pagan más cotizaciones a la Seguridad Social. Tampoco podemos olvidar que el gasto en pensiones en España ha sido muy alto en los últimos años y para el año 2014 el crecimiento previsto es de un 4,9 por ciento, porque hay más pensionistas y muchos menos afiliados.
En lo que el Gobierno no les hace caso es en el clamor por adelgazar las Administraciones.
Todos estamos de acuerdo en que hay que adelgazar las Administraciones, pero es muy difícil. Hay muchos intereses creados, mucha inercia. Debemos concienciarnos toda la sociedad española en su conjunto de que tenemos que tener una estructura administrativa mucho más ligera, mas eficiente y más a la altura del siglo XXI.
Por último, ¿les gusta el proyecto de reforma de las Mutuas que salió del Consejo de Ministros?
Las Mutuas funcionan muy bien en España. Van a tener un excedente de unos novecientos millones de euros en 2013 y la mayoría de las empresas que pueden optar entre las Mutuas y la Seguridad Social se deciden por las Mutuas. Por lo tanto, trasladar el funcionamiento de las Mutuas al resto del sistema yo creo que va a dar resultados. Dar mas gobernanza a las empresas y ver como las Mutuas y la Seguridad Social colaboran más activamente va a dar más competitividad y eficiencia al sistema.