Economía

El gasto público sube 8,6 puntos con la crisis y alcanza ya el 47,8% del PIB

El desembolso de la Administración aumentó en 79.000 millones de 2007 a 2012, según EurostatEl Gobierno de Rajoy incrementa esta partida al nivel del último mandato de González.

La crisis económica ha disparado los gastos totales del Gobierno español en 8,6 puntos de Producto Interior Bruto (PIB), desde el 39,2 por ciento que suponían en 2007 al 47,8 por ciento que representaban en 2012, según las últimas cifras homogéneas auditadas por la oficina de estadísticas europea, Eurostat. Es decir, un incremento de 79.052 millones de euros que agravan la ya de por sí complicada situación de las finanzas públicas, muy comprometidas por la obligación inexcusable de cerrar el año, como mucho, con un déficit del 6,5 por ciento del PIB.

Durante la crisis, ni el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero fue capaz de embridar el gasto de la Administración, ni tampoco lo ha hecho el de Mariano Rajoy en los dos años de legislatura transcurridos. Así, la realidad es que el desembolso del sector público se come ya cerca del 50 por ciento del PIB, lo que significa que casi la mitad de la producción nacional de 2012 se destinó, fundamentalmente, a sufragar las partidas de gasto en pensiones, educación, sanidad, desempleo y exclusión social.

De hecho, el gasto público supera hoy el listón histórico dejado por el expresidente socialista Felipe González en su última época (1993-1996), cuando el desembolso total de las Administraciones Públicas alcanzó la cota del 46,7 por ciento del PIB, inédita hasta entonces.

En aquel ejercicio de profunda recesión, elevado desempleo y subida de impuestos, González tiró del gasto para intentar contener la hemorragia económica, igual que está haciendo el Ejecutivo del popular Rajoy en este segundo decenio del siglo XXI, en una España recién salida de la recesión más larga de la democracia.

Ingresos, entre los más bajos

Las estadísticas de 2012 que facilita Eurostat confirman uno de los males endémicos del sistema tributario español: su baja recaudación, criticada por expertos, institutos de análisis y organismos internacionales. Y es que, mientras el gasto público no deja de aumentar, los ingresos totales del Gobierno español, en cambio, siguen siendo de los más bajos de la Unión Europea, a pesar de las alzas tributarias del IRPF y del IVA decididas el pasado año. En concreto, los últimos datos auditados por Eurostat muestran cómo las arcas públicas españolas ingresaron en 2012 cuatro puntos de PIB menos que en 2007: el 37,1 por ciento, frente al 41,1 por ciento antes del estallido de la crisis. La atonía de la recaudación es tal que ingresamos cuatro puntos menos de PIB que Portugal y 7,5 menos que Grecia.

Por el lado del gasto público, la comparativa europea nos deja ligeramente por debajo de la media, tanto del conjunto de la UE -49,3 por ciento- como de la eurozona -49,9 por ciento-, pero con una progresión preocupante, ya que mes tras mes las estadísticas de ejecución presupuestaria que publica Hacienda dan cuenta del aumento de los gastos, sobre todo los derivados de los intereses de la deuda.

Por ejemplo, hasta octubre, el total acumulado de los pagos no financieros del Estado se incrementó el 6,3 por ciento, con un total de 135.434 millones de euros. De esa cifra, 27.791 millones de euros se fueron en abonar los gastos financieros, que subieron el 9,6 por ciento interanual con respecto al mismo mes del año precedente.

Por partidas, y según condensa BBVA Research, el Estado sólo está ajustando en la remuneración de asalariados y en la formación bruta de capital, que recortó el 2,8 y 4,9 por ciento, respectivamente, con datos hasta octubre. En el resto del gasto se siguen observando incrementos interanuales, y en consecuencia, el consumo público de la Administración Central se habría mantenido a finales de octubre por encima del 2,4 por ciento del PIB, según las cifras analizadas por el instituto de análisis de BBVA.

Reformas imprescindibles

Obviamente, el impacto de la crisis económica tiene mucho que ver con el repunte actual del gasto de las Administraciones Públicas, y así se detecta en todos los países europeos, especialmente en los periféricos más azotados por la crisis de la deuda soberana. Pero también es cierto que el Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene varios frentes abiertos para atajar el gasto público que no acaba de cerrar. Uno de ellos, la reestructuración de las Administraciones Públicas, cuya completa implementación reduciría la factura del sector público en alrededor de 17.500 millones de euros anuales, según las previsiones oficiales.

Otro, la reforma del sistema de pensiones, imprescindible para combatir los efectos del envejecimiento de la población, la caída de cotizantes y la sangría del paro. Una partida que en el conjunto de la Unión Europea representó el 46 por ciento del total del gasto social en 2011 -último ejercicio homogéneo auditado por Eurostat- y que en España se llevó el 43,8 por ciento en el mismo período.

Y, en particular, Hacienda debe fiscalizar las cuentas de las autonomías para aflorar gasto no presupuestado, una tarea encomendada al nuevo Comité Técnico de Cuentas Nacionales.

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