Economía

La morosidad y la política del hijo único, amenazas crecientes para China

  • Los mayores bancos de China triplican sus provisiones ante créditos fallidos
  • En 20 años, 400 millones de ciudadanos chinos tendrán más de 60 años

No hay semana en la que una nueva noticia no reavive las preocupaciones sobre la economía del gigante asiático. Hoy son dos las informaciones que ponen de relieve que China puede enfrentarse a graves problemas en un futuro, uno relacionado con su sector financiero y otro con su demografía.

Para empezar, la morosidad de la banca avanza en 2013. Hoy se ha conocido que los cinco mayores bancos del país han tenido que triplicar sus provisiones ante el crecimiento de los créditos fallidos, que han alcanzado 22.100 millones de yuanes (3.650 millones de dólares) en los seis primeros meses del año. El ICBC y sus cuatro principales rivales han visto la cifra multiplicarse casi por tres desde los 7.650 millones de yuanes registrados en el mismo periodo del año anterior.

A grandes rasgos, la cifra sigue siendo pequeña comparada con el beneficio conjunto que se anotaron estas cinco entidades, de 76.000 millones de dólares, entre enero y junio. Sin embargo, constata un riesgo creciente y recurrente en el gigante asiático, el de la deuda.

Este año ya habían saltado las alarmas debido a la montaña de deuda acumulada por los gobiernos locales chinos, que se estima cerca de 20 billones de yuanes (de 1,6 a 3,2 billones de dólares), y a sus dificultades para hacer frente a los pagos. Las pequeñas y medianas empresas del país tampoco se libran del endeudamiento y, al igual que los ayuntamientos y provincias, muestran cada vez menos regularidad en el cumplimiento de sus compromisos financieros.

Las autoridades ya han aplicado medidas para evitar que los impagos desencadenen un terremoto en el sector bancario chino, según recoge Bloomberg, que indica que desde 2010 se han suavizado las normas para que los bancos cancelen la deuda de las pequeñas empresas, como una forma de mantener en cintura las tasas de morosidad, al tiempo que presionan para que eleven sus colchones de provisiones.

No obstante, persiste la incertidumbre sobre si serán suficientes para atajar el problema y si será necesario que Pekín tome cartas en el asunto con una mayor contundencia.

Hijo único

Además del sistema financiero, China podría encontrar otro enemigo para el buen comportamiento de su economía, su política del hijo único. El envejecimiento demográfico, que algunos analistas ya califican de "desastre", se verá empeorado por la carencia de población joven derivada de los nacimientos selectivos y el control sobre al descendencia.

Así, al tiempo que se alarga la esperanza de vida, la política de planificación familiar introducida en 1979 ha conseguido su objetivo de reducir la natalidad, lo que se podría convertir en un cóctel nefasto para la segunda potencia mundial, ávida de mano de obra para mantener el crecimiento.

Se estima que actualmente unos 200 millones de personas en China tienen más de 60 años, una cifra que las previsiones elevan hasta los 400 millones de personas en un plazo de 20 años, según indica a la CNBC el profesor de la Universidad de California Irvine, Feng Wang.

Para empezar a poner remedio a la situación, el Gobierno chino se está planteando relajar la ley permitiendo que algunas parejas tengan dos hijos si uno de sus padres no tiene hermanos. En la norma vigente, solo está permitido para una pareja tener un segundo vástago si los dos son hijos únicos.

"¿Cómo va a poder encargarse de mantener a este enorme número de mayores un país con una fuerza laboral en decrecimiento y una estructura familiar débil?", se pregunta Wang.

Para empezar a poner remedio a la situación, el Gobierno chino se está planteando relajar la ley permitiendo que algunas parejas tengan dos hijos si uno de sus padres no tiene hermanos. En la norma vigente, solo está permitido para una pareja tener un segundo vástago si los dos son hijos únicos.

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