Economía

Un ex director de BA critica la expansión de Heathrow liderada por BAA

Londres, 4 may (EFECOM).- El ex director ejecutivo de British Airways (BA) Bob Ayling critica hoy en un artículo la construcción, impulsada por BAA (filial de Ferrovial), de una tercera pista en el aeropuerto londinense de Heathrow, al considerar que perjudicaría los intereses de la economía británica.

En su artículo, publicado en "The Sunday Times", Ayling argumenta que el concepto de negocio que hay detrás del desarrollo de la nueva pista es erróneo, y acusa al Gobierno británico, que apoya la expansión, de estar haciendo una planificación equivocada.

El directivo, que dimitió en marzo del 2000 tras las críticas a su gestión, sostiene que el proyecto de convertir al aeropuerto en un centro de tránsito de pasajeros para competir con otros aeródromos de la Europa continental no será rentable a largo plazo.

Contra la idea de que ser un punto de escala atrae más negocio, Ayling dice que los pasajeros en tránsito "no gastan dinero en el Reino Unido, más allá del precio de una taza de té".

BAA(BAA.LO)calcula que la nueva pista aportaría casi 10.000 millones de libras (13.330 millones de euros) a la economía británica, una cifra que la ministra de Transportes rebajó en noviembre a 5.000 millones de libras.

Según Ayling, Heathrow está tan por detrás de aeropuertos como el Charles de Gaulle de París o el de Amsterdam que, a menos que pudiera competir en magnitud, lo que es difícil, valdría más la pena que apostara por otro modelo, centrado en la gestión eficaz de menos vuelos para ofrecer buen servicio y puntualidad.

BAA dice que la tercera pista de Heathrow permitiría pasar en 12 años de 480.000 a 720.000 vuelos anuales, mientras que el Charles de Gaulle, con cuatro pistas de aterrizaje, alcanzará esa cifra en dos años.

Ayling reconoce que la transferencia de pasajeros entre vuelos ha constituido el motor del crecimiento de Heathrow en los últimos 20 años, aunque ello ha conllevado que el aeropuerto funcione al límite de su capacidad, con poco margen de error.

Actualmente, tiene dificultades para gestionar 68 millones de pasajeros con un sistema de facturación de equipajes diseñado para 45 millones, mientras que sus dos pistas de aterrizaje operan a un 99 por ciento de su capacidad.

Cualquier fallo repercute en retrasos hasta el punto de que la experiencia de pasar por Heathrow parece "del Tercer Mundo", escribe el ex directivo de BA.

En su opinión, los planes de expansión actuales implican que el aeropuerto volvería a operar al límite de su capacidad una década después de inaugurar su tercera pista de aterrizaje.

Critica que no se explique cómo va el aeropuerto a hacer frente a 135 millones de pasajeros al año y 702.000 vuelos después del 2030.

Ayling recuerda que las aerolíneas con más éxito comercial -Ryanair, Easyjet y Southwest- rechazan las escalas y optan por transportar a los pasajeros hasta su destino final, algo que BA debería plantearse.

El ex director ejecutivo, que ahora se dedica a la industria musical, entiende que a BAA, que pagaría los costes totales de la pista (estimados en unos 8.000 millones de libras (10.665 millones de euros), no le interese replantearse el modelo de su aeropuerto, ya que, "los perversos incentivos bajo los que opera", hacen que le convenga "aumentar la congestión".

"BAA es un negocio casi a prueba de recesiones, que cobra por el número de vuelos y pasajeros que pueda estrujar de salida y entrada a Heathrow", afirma.

Ayling critica que no haya penalización por aglomeración o pobre oferta de servicios, como pérdida de equipajes o retrasos.

Como alternativa a la situación actual, el ex directivo de BA propone, además de que el Gobierno abandone los planes actuales, retirar a la Autoridad Civil de la Aviación (CAA) su papel como regulador de BAA y romper el monopolio de la gestora aeroportuaria.

Aylings sostiene que, al tener BAA el control sobre los principales aeropuertos de Londres, no se plantea, por ejemplo, la alternativa de construir una nueva pista en Gatwick (sur de Londres).

A su parecer, ello permitiría a Heathrow cambiar su modelo por el de un aeropuerto de destino final, que podría operar a un 80, y no a un 99 por ciento, de su capacidad, con una mejor oferta de "slots" para las aerolíneas.

Ayling admite que, por su crecimiento, Londres necesitará otra pista aeroportuaria, pero aboga por construirla en Stansted (este) o Gatwick, que, bajo otra gestión que la de BAA, podrían desarrollar nuevos mercados. EFECOM

jm/mdo

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