Economía

Damm y Urgoiti logran el apoyo de Masaveu para controlar Pescanova

Damm, Luxempart e Iberfomento, los accionistas críticos de Pescanova que forzaron la dimisión de su presidente, Manuel Fernández Sousa, están consiguiendo cada día nuevos apoyos para sacar adelante la propuesta que presentarán en la junta de accionistas el próximo 12 de septiembre. Fuentes próximas a este grupo han asegurado a elEconomista que cuentan ya con el respaldo de Carolina Masaveu, que desembarcó en el capital el pasado mes de agosto con la compra del 3,7 por ciento, para que vote a favor de la propuesta de Juan Manuel Urgoiti como nuevo presidente de la pesquera gallega. El 80% de las ventas que declaró Pescanova en 2011 y 2012 eran ficticias.

"Estamos negociando también con distintos fondos de inversión y la respuesta está siendo muy positiva", aseguran estas fuentes, que confían en contar ya con una mayoría suficiente para que la junta apruebe la composición del nuevo consejo de administración que pretenden sacar adelante. Además de Urgoiti, el máximo órgano ejecutivo lo completaría José Carceller, como representante de Damm; François Tesch, en representación de Luxempart; un nuevo vocal en lugar de José Antonio Pérez Nievas por Iberfomento; y los independientes Yago Méndez, Luis Ángel Sánchez y Ángel Legara.

"Se hace preciso contar con un consejo de administración dotado con un número eficiente de integrantes que acrediten una representación externa y no vinculada a la gestión anterior y de consejeros independientes acorde con los estándares internacionales de gobierno corporativo", señala en su propuesta, a la que ha tenido acceso elEconomista.

Sousa busca apoyos

Frente a esta propuesta, tanto Fernández de Sousa, que tiene un 7,5 por ciento, como el fondo Cartesian, propietario de otro 5 por ciento de las acciones, están ultimando también la presentación de sus propias candidaturas. De acuerdo con distintas fuentes consultadas por este periódico, el expresidente de la compañía está intentando negociar, de hecho, una alianza con la firma, a la que representa el despacho de abogados Cremades & Calvo Sotelo y que, a su vez, busca el apoyo de distintos accionistas minoritarios. La batalla está así servida a la espera de la junta.

El principal problema en este momento para la empresa es que, tal y como adelantó ayer elEconomista, Pescanova tiene un desfase patrimonial de 1.667 millones de euroso. El informe de la administración concursal establece que la masa pasiva de Pescanova, con la totalidad de los créditos incluidos, se sitúa en 3.674 millones, entre los que figuran créditos con distinta categoría de privilegio; mientras que la masa activa es de 2.007 millones.

Desfase patrimonial

El agujero patrimonial señalado por Deloitte es, por tanto, muy superior al que la consultora KPMG estableció en su informe forense del pasado mes de julio y que lo situaba en 927 millones. Esta diferencia se debe a que mientras que KPMG hizo un informe a 31 de diciembre de 2012, el de Deloitte se cerró a 25 de abril y la situación desde entonces se ha ido deteriorando. Entre los activos aparecen dos patrulleras Rodman, como las que usa la Guardia Civil y valoradas cada una en 1,7 millones, además de un yate de lujo con capacidad para 12 personas y 19 metros de eslora.

Para Deloitte, la solución para el concurso de Pescanova pasa por la aprobación de un convenio con sus acreedores que deberá sustentarse en la viabilidad de la sociedad y del grupo, así como en una reestructuración de sus créditos. En su opinión, la salida de la insolvencia pasa por que "se consiga una reestructuración conjunta de la situación del grupo, que probablemente incluirá la venta y/o reorganización de ciertas unidades productivas que no sean esenciales, así como de la aprobación de un convenio de acreedores". En este sentido, Deloitte destaca que "no ha recibido para su evaluación ninguna propuesta de convenio, ni otro tipo de propuesta que considere la viabilidad patrimonial de la sociedad o de su grupo". No obstante, señala también que 28 fondos de inversión se han interesado por la posible compra de la empresa o sus filiales.

Pescanova sobrevive gracias al crédito de 53 millones que le dieron la Xunta y siete entidades porque Fernández de Sousa dejó la caja con sólo 31.000 euros. Pero no sólo eso, entre un 77 y un 80 por ciento de los ingresos registrados eran ficticios. "Se corresponden con ventas a sociedades instrumentales sin contenido económico", asegura Deloitte. En 2012 Pescanova facturó 703 millones.

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