
Josef Fritzl, conocido desde el domingo pasado en todo el mundo como "el carcelero de Amstetten", gozaba de una excepcional posición económica, según revela el registro central de la propiedad en Viena. Por otra parte, el jefe de la investigación ha asegurado que "alguien del entorno (familiar) tuvo que haberlo sabido".
Según los datos, el jubilado de 73 años, que encerró y violó a su propia hija durante casi un cuarto de siglo, está registrado como el único propietario de seis bienes inmuebles, repartidos por varias localidades del Estado federado de la Baja Austria. En la lista que figura en el registro de la propiedad destaca la propia casa familiar, tres edificios con numerosos apartamentos y locales comerciales, otra vivienda unifamiliar y un terreno con un valor estimado de unos 2,2 millones de euros.
Los edificios están ubicados en las localidades de Waidhofen an der Ybbs, Sankt Pölten (capital de Baja Austria) y en Amstetten, la ciudad de 23.000 habitantes donde el perito eléctrico jubilado encerró a su hija en un sótano debajo de su casa.
Nuevas investigaciones
Para el jefe criminalístico hay indicios de que el 'carcelero', de 73 años, pensaba desde hace meses acabar con la tortura de su hija. A fines de 2007, le hizo escribir a Elisabeth una carta dirigida a su familia en la que anunciaba que este verano volvería a Amstetten con sus hijos.
Esta hipótesis coincide con la información que publica la revista alemana 'Brigitte' que afirma que uno de los hijos que convivían normalmente con la familia en la 'parte alta' de la casa tuviera una copia de la llave electrónica que daba al sótano. Además, también se ha podido saber que Fritzl había instalado un dispositivo eléctrico que permitía que la puerta del 'zulo de los horrores' se abriera sola en el caso de que él desapareciera.
Según informa el semanario vienés News, Fritzl había hecho mover decenas de metros cúbicos de tierra en un solar adquirido por él hace apenas tres años.
Después de destaparse el caso del calabozo subterráneo de Amstetten, la policía también investigará este lugar. El semanario destaca, además, que en uno de los inmuebles adquiridos en Amstetten, el 'carcelero' quería construir 13 casas adosadas, un centro de oficinas y un aparcamiento para 30 vehículos, un proyecto que fue suspendido ante la resistencia de los demás vecinos.