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La hasta ahora implacable confianza de los empresarios alemanes ha cedido en abril por primera vez en el año. Así lo ha puesto hoy de manifiesto el indicador elaborado por el instituto económico germano Ifo, que evidencia un "pequeño descenso" en el ritmo de la actividad económica. Los máximos históricos del petróleo y del euro parece que comienzan a preocupar. Alemania mantiene sus previsiones de crecimiento en el 1,7% para 2008
El Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo) ha informado hoy de que el índice de confianza empresarial en el conjunto de Alemania cayó en abril hasta 102,4 puntos, frente a los 104,8 puntos de marzo.
Se trata del nivel más bajo del índice desde enero de 2006, además es la primera vez que sufre un descenso desde noviembre de 2007. El dato es peor de lo esperado por el mercado ya que los analistas habían previsto una caída del indicador hasta los 104,3 enteros, algo que ha notado la cotización del euro (EURUSD).
Peores perspectivas
El Ifo ha explicado que las empresas consultadas consideraron en abril que su situación actual es más desfavorable que en los meses anteriores y fueron más escépticas respecto a las perspectivas para los próximos seis meses. "Tras una pequeña mejora a comienzos de año, los resultados de la encuesta indican un ritmo más lento de la actividad empresarial", ha señalado.
Las compañías prevén contratar empleados, pero menos que en los últimos meses, por lo que el Ifo pronostica que se mantenga el aumento del empleo en Alemania, aunque de una forma más moderada. El instituto ha añadido que los empresarios encuestados prevén un empeoramiento de la coyuntura pero que se mostraron optimistas respecto a las exportaciones pese a la apreciación del euro.
Inmunes ante la subida del euro
La divisa comunitaria ha subido un 7,93% en lo que va de año y un 15,48% en los últimos doce meses y ha marcado máximos históricos por encima de los 1,60 dólares. La apreciación de la divisa resta competitividad a las exportaciones de la zona euro y los economistas creen que los países que más dependen de sus ventas al exterior, como Alemania, sufrirán un descenso de la actividad por este motivo, que se ve agravado por la mala situación económica e Estados Unidos, uno de los principales mercados de los productos europeos.
Lo cierto es, que hasta el momento, la balanza comercial alemana no se ha visto afectada por esta situación. De hecho, el superávit comercial germano creció en febrero hasta los de 16.400 millones de euros, con un incremento de las exportaciones del 8,9%, respecto al mismo mes del año pasado.
Otro ejemplo de la confianza de los empresarios en el comercio exterior es que la asociación de exportadores alemanes reiteró ayer su previsión de un crecimiento del 5% para las exportaciones en 2008.
La influencia en el BCE
En el conjunto del año, el crecimiento económico germano fue del 2,5% y para el ejercicio actual se espera una desaceleración. El Gobierno alemán reiteró a principios de mes su previsión de un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de 2008 del 1,7%, a pesar de que tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Bundesbank rebajaron sus estimaciones para el país al 1,4% y 1,5% respectivamente.
Del devenir de la economía alemana dependerá en buena medida la evolución de los tipos de interés en la zona euro. El Banco Central Europeo (BCE) ha insistido continuamente en que su principal objetivo es controlar una inflación que se encuentra en máximos históricos, e incluso algunos miembros de la entidad han amenazado con la posibilidad de un aumento de las tasas para lograrlo.
Pero si Alemania, la principal economía de la zona euro, sufre un importante descenso en su actividad, podría empujar al BCE a bajar el precio del dinero, tal y como esperan la mayoría de los economistas.