La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo en una entrevista exclusiva con la AFP que se siente "muy, muy bien" en su cargo y que tiene "cero" ambiciones políticas en Francia, y defendió además el rol de la institución en la cura de austeridad en Europa.
A punto de cumplir dos años a la cabeza del FMI, Lagarde asumió un rol fundamental en el manejo de la crisis en la zona euro y en la economía mundial tras el colapso de 2008.
Desde la política monetaria en Estados Unidos a los riesgos de un sobrecalentamiento de la economía en China, la directora del FMI, de 57 años, enfrenta siempre nuevos desafíos, incluyendo el caso Tapie-Crédit Lyonnais, que llevó a la justicia francesa a catalogarla como "testigo asistido".
Lagarde declinó pronunciarse acerca de esta investigación judicial en Francia sobre su decisión cuando fue ministra de Finanzas de poner en manos de un tribunal arbitral privado y no en las de la justicia un diferendo comercial.
"Estoy absolutamente comprometida con mi misión a la cabeza del FMI", dijo Lagarde desde su oficina en Washington.
Como era de suponer, Grecia sigue siendo un tema dominante en su agenda, sobre todo luego que una crisis política determinara la formación de un nuevo gobierno de coalición en Atenas este lunes, que aún debe hacer frente a una serie de reformas impuestas por sus acreedores (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea) a cambio del rescate financiero.
"La mayoría en el parlamento es más estrecha. Yo espero que pueda resistir", dijo Lagarde, quien espera no tener que pasar más noches en vela negociando con Bruselas sobre la estrategia en Grecia.
Los rescates del FMI se han caracterizado por recortes de los salarios, alzas de los impuestos y por la implantación de programas de austeridad, tanto en Grecia como en Portugal.
En un momento en el cual el Fondo participa en cuatro rescates de países europeos con dificultades financieras a cambio de imponer duras medidas de austeridad, la directora gerenta del FMI expresó que espera que el rol de la institución, objeto de muchas críticas, sea reconocido algún día.
"Es parte de la naturaleza del FMI ser percibido tras sus intervenciones como negativo, prescriptor y normativo, ya que siempre actuamos en una situación de crisis", afirmó.
Al respecto, Lagarde reconoció que algunas soluciones son "dolorosas", pero dijo que los resultados deben ser evaluados en el largo plazo.
En Asia (donde el Fondo intervino a finales de la década de 1990) los países que tenían una hostilidad hacia el FMI hoy reconocen que el organismo impulsó reformas. "Yo espero que el rol del FMI en Europa sea reconocido algún día", agregó.
El rescate a Grecia generó varios roces entre el FMI y la Unión Europea. Para Lagarde, que se sentó a un lado de la mesa como ministra de Finanzas y que ahora representa al FMI, existe una "dificultad de comunicar".
"Yo participé en este diálogo a 17 voces (por los 17 países de la zona euro), 18 con la Comisión Europea y 19 con el Banco Central Europeo", afirmó.
"Cuando un mensaje es transmitido por 19 personas diferentes, hay distorsiones, y se pierde sustancia y lo veo mucho mejor ahora que estoy en el otro lado de la cadena", agregó.