Economía

Italia se enfrenta a miles de millones en pérdidas potenciales por la reestructuración de derivados, según el FT

  • El Tesoro italiano lo niega: no suponen un riesgo para las finanzas públicas
El primer ministro italiano, Enrico Letta. Foto: Archivo

Italia corre el riesgo de hacer frente a posibles pérdidas de miles de millones de euros en contratos de derivados, que el país reestructuró en el apogeo de la crisis de la Eurozona, según un informe confidencial de la Tesorería de  Roma al que ha tenido acceso el Financial Times. Esta situación esclarece las tácticas financieras que permitieron al endeudado país entrar en el euro en 1999, señala. No obstante, tras la publicación del FT, el Tesoro italiano ha salido al paso, al negar que los contratos de derivados supongan un riesgo para las finanzas públicas.

El documento, de 29 páginas, detalla las transacciones de deuda de Italia y su exposición durante el primer semestre de 2012, lo que incluye la reestructuración de ocho contratos de derivados con bancos extranjeros por un valor nominal total de 31.700 millones de euros.

Mientras que el informe deja de lado detalles importantes e intenta no dar una imagen completa de las pérdidas potenciales para las arcas del país, los expertos que lo examinaron explican al Financial Times que a través de la citada reestructuración permitió al Tesoro escalonar y alargar los plazos de pago. La contrapartida es que en algunos casos los términos establecidos en estas negociaciones eran menos favorables para Roma.

El informe no nombra a ninguno de los bancos implicados ni da detalles de los contratos originales, pero indica que el Tesoro llevó a cabo estas operaciones ante los problemas de liquidez que enfrentaba el país. En este punto, los expertos consultados por el FT estiman que estos contratos se remontan a finales de la década de 1990. Por aquel entonces, justo después de que Italia se uniera al euro, Roma maquilló sus cuentas mediante la aceptación de los pagos por adelantado de los bancos con el fin de cumplir los objetivos de déficit fijados por la UE.

Italia tuvo un déficit presupuestario del 7,7% en 1995. En 1998, el año crucial para la aprobación de su adhesión al euro, éste se redujo al 2,7%, el mayor recorte experimentado por los 11 miembros que por aquel entonces adoptaron la moneda única. Durante ese mismo período la recaudación aumentó ligeramente y el gasto público como proporción del PIB se redujo sólo ligeramente.

El polémico informe fue presentado a principios de este año ante la Corte dei Conti, los auditores estatales de Italia. Según un alto funcionario del gobierno, que pidió al FT no ser identificado, los auditores se mostraron preocupados por las cifras y pidieron la intervención de la policía financiera.

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