
Italia retrasará al menos tres meses un aumento en los impuestos al consumo que iba a entrar en vigor en julio y el Gobierno trata de cancelar por completo el aumento, dijo el segundo del Ministerio de Economía italiano, Stefano Fassina.
El aumento previsto de un punto porcentual en el principal impuesto sobre el valor añadido (IVA) al 22 por ciento ha sido un foco de tensión dentro del Gobierno de amplia coalición encabezado por Enrico Letta.
La formación de centro derecha de Silvio Berlusconi Pueblo de la Libertad, del que depende Letta para tener mayoría, ha pedido que el aumento se cancele, pero Letta ha vacilado por el impacto en las constreñidas finanzas públicas del país.
"Creo que es inevitable un retraso", dijo Fassina al diario La Stampa y predijo que "el resultado más probable" sería que el aumento se retrase primero hasta octubre, cuando el Gobierno presente su presupuesto para el próximo año, y después descartado completamente.
La cancelación costaría unos 4.000 millones de euros al año que se tendrían que lograr de otras subidas de impuestos o de recortes de gastos si Italia quiere cumplir con su meta de mantener el déficit por debajo del límite de la UE del 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Fassina, que procede del partido de centro izquierda de Letta, el Partido Democrático, dijo que el Ejecutivo estaba negociando posibles vías de lograr el dinero, pero que todavía no se había encontrado una solución.
El diario Il Giornal, propiedad del hermano de Berlusconi, dijo el sábado en su titular de portada que el Gobierno caería a menos que Letta cancelase el aumento de impuestos.