Hace meses que Alemania se financia a muy bajo coste. Estudios recientes del país aseguran que la época de baja rentabilidad del bono soberano alemán, que empezó en 2009, ha generado ya un ahorro al Estado en intereses de más 90.000 millones de euros. Cifras que no dejan de ser la otra cara de la moneda de las difíciles condiciones a las que tienen que salir a los mercados financieros economías como la española o la italiana.
O lo que nosotros conocemos como una prima de riesgo que se desboca ante el menor exabrupto, como por ejemplo la semana pasada, ante la vista oral del Tribunal Constitucional alemán que evaluaba la compatibilidad de las políticas del BCE con la legislación germana.
Son datos de un informe del Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW), publicado por el periódico alemán Die Welt, que asegura que desde el final de 2008 Berlín bate récords en cuanto a los bajos tipos de interés a los que se financia en los mercados. En el caso de los bonos a más corto plazo, pueden llegar a tener rentabilidad negativa, lo que significa que los inversores están dispuestos incluso a pagar para prestar dinero a las arcas públicas germanas.
Barrera psicológica
El Gobierno alemán distribuye cada año, según el rotativo, títulos por valor de entre 250.000 y 300.000 millones de euros, y actualmente la mayor parte de ese dinero sirve para refinanzar deuda existente a muy buenas condiciones. Así, la contracción de nuevo crédito a baja rentabilidad de los últimos años ha hecho que los intereses ahorrados estén a punto de superar la barrera psicológica de los 100.000 millones de euros, según contó el autor del estudio del IfW, Jens Boysen-Hogrefe. "Si no se supera la barrera este año, se hará como tarde a mitad de 2014", dijo el experto.
Según el Instituto, la responsabilidad de la anomalía de la baja rentabilidad del bono alemán tiene dos causas claras que pondera, sin embargo, de manera desigual. Según los expertos alemanes, el factor clave que lleva a tal situación es la política de bajos tipos de interés del Banco Central Europeo, ideada para trasladar liquidez a los sistemas de la periferia europea pero que revierte de manera inevitable en la sólida economía alemana.
Del mismo modo, el autor del estudio relega a un escaso relevante segundo plano lo que se conoce como el "efecto refugio", es decir, la confianza que el bono alemán inspira en los inversores internacionales, que lo consideran el más seguro.
En este sentido, el informe sostiene que nada hace pensar que la política del BCE vaya a cambiar en los próximos años, por lo que Alemania seguiría una buena temporada ahorrando grandes cantidades de dinero en una situación de baja rentabilidad que le es claramente favorable.
Deuda regional
En realidad, sin embargo, la cifra de ahorro del Estado alemán asciende muy por encima de los 100.000 euros que habría podido dejar de pagar el Ejecutivo de Angela Merkel en concepto de interés a la deuda.
El Gobierno de Berlín es responsable de sólo la mitad de la deuda pública total del Estado alemán, por lo que regiones y ayuntamientos también se estarían beneficiando, según el estudio, de las buenas condiciones de financiación que tienen como consecuencia este gran ahorro en intereses, a diferencia de la mayoría de los otros países de la eurozona.
En este sentido, el autor del informe aseguraba al periódico Die Welt que "el alivio económico del global de las diferentes Administraciones alemanas podría llegar a mediados del 2014 a los 200.000 millones de euros", sólo en ahorro derivado del pago de intereses a la deuda.