Las irregularidades del primer Plan E de Zapatero detectadas por el Tribunal de Cuentas y recientemente publicadas en el Boletín Oficial del Estado han vuelto a sacar los colores de todos (o casi todos) de los que participaron de un programa que no cumplió ni de lejos los objetivos para los que estaba pensado: mejorar las infraestructuras y, sobre todo, dinamizar el empleo.
Se ha hablado mucho de los 8.082 municipios, de las dos ciudades autónomas y las seis mancomunidades que se beneficiaron de los 8.000 millones de euros de Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL).
Se ha hablado mucho de las chapuzas; de los auditorios vacíos; de la piscina-spa del pueblo coruñés de Malpica abierta sólo en campaña electoral, por no recordar el centro de enseñanza de música de Archena (Murcia) edificado en una zona inundable o parques para niños en pueblos sin niños.
El estudio se ha hecho con 1.270 proyectos, los suficientes para poner en la picota al Gobierno y a los municipios que un día se beneficiaron del Plan E. ¿Todos?
Todos no, sólo hubo 18 municipios en España que no recibieron este Fondo Estatal de Inversión Local. Sólo 18 que no se sumaron a la pandemia de arreglar aceras o cambiar farolas o hacer jardines en pueblos donde todo es monte. Sólo 18 que hoy quedan fuera de este informe, bien porque ni lo pidieron (sólo en cuatro casos) o bien porque el Gobierno vio irregularidades ya en la solicitud del mismo.
La lista de excluidos
elEconomista ha hecho un viaje por los 18 pueblos que nunca estuvieron en la lista del Gobierno ni en el punto de mira del Tribunal de Cuentas. Las causas van desde la desidia del alcalde hasta no cumplir los plazos previstos, pasando por no estar al día con los pagos a la Seguridad Social o con una corporación municipal que casi llega a las manos. O simplemente, como reconocen algunos alcaldes, porque no sabían ni qué obra hacer.
Ésta es la lista: En Andalucía, Barbate (Cádiz) y Manilva (Málaga); En Aragón, en la provincia de Zaragoza, Urriés, Longás y La Muela; En Castilla y León, Pinarejos (Segovia) y San Juan de la Encinilla (Ávila); en Castilla-La Mancha, Hontecillas (Cuenca) e Illán de Vacas (Toledo); en Cataluña, La Quar (Barcelona), Arres y Bausen (Lleida) y La Morera de Montsant (Tarragona); en Galicia, el orensano Os Blancos; Villalba de Rioja en La Rioja; el navarro Petilla de Aragón y los vascos Zaratamo (Vizcaya) y Zaldibia (Guipúzcoa).
Justificaciones
Según recoge el Boletín Oficial del Estado, mientras 8.090 entidades locales se repartían los 8.000 millones de euros, estos 18 municipios que no recibieron fondos del Plan E dejaron de percibir en total de casi ocho millones de euros (7.791.731,36 euros, en concreto) para un total de 44.024 habitantes.
Algunos, como los ediles de San Juan de la Encinilla (Ávila), Arres (Lérida), La Quar (Barcelona) e Illán de Vacas (Toledo) ni siquiera lo pidieron.
Tampoco Longás, en Zaragoza, estaba en la lista. El municipio que hubiera podido recibir un importe de 7.610 euros cuenta con poco más de 30 vecinos empadronados, aunque los que viven se cuentan casi con los dedos de una mano. Según explicó en aquel momento su alcalde, Julián Díaz, habría que arreglar algunos caminos, pero esa inversión tampoco daría para mucho.
"Con ese dinero no se puede hacer nada, porque echar un camión de hormigón ya vale eso. Y si tienes que poner el transporte, como esto está tan lejos, adiós a ese dinero", justificaba ante los vecinos.
Tampoco su vecino Urriés o La Muela, ambos en Zaragoza, recibieron el dinero. En este último, el pueblo que se hizo de oro gracias a sus molinos de aire, el consistorio quería construir un paseo en una Cañada Real en unos terrenos que no le pertenecían y muy cerca de la propia vivienda de la primera edila María Victoria Pinilla.
Según el Tribunal de Cuentas, los aragoneses dejaron de recibir 716.000 euros que les tocaban del Plan E. En cuanto al total de los ayuntamientos aragoneses, éstos gestionaron unos 220 millones de euros. Además, aunque el objetivo era dinamizar la economía fomentando la contratación de personal en desempleo, sin embargo, Aragón fue la segunda comunidad en la que ese dinero generó menos jornadas laborales para desempleados.
Cinco años después todavía colea que Barbate (Huelva), uno de los pueblos con más índice de paro, y Manilva (Málaga) estuvieran en la lista de los excluidos. Según declaraciones de Marcos Ruiz, concejal de Hacienda de Manilva, fue por cuestiones políticas, ya que el Gobierno municipal estaba en manos de Izquierda Unida. El municipio se presentó a varias obras, pero se las denegaron porque no estaban al corriente de pago de la Seguridad Social. "¿Pero quién estaba al corriente?, se pregunta Marcos Ruiz.
Entonces decidieron echar mano de la picaresca y presentar el proyecto con la mancomunidad de la Costa de Sol, pero también se les denegó.
"Pataleamos porque consideramos que había otros muchos municipios en la misma situación a los que, sin embargo, sí se lo concedieron", dice. Al final, la reurbanización de la playa, el soterramiento de los contenedores de basura y un largo etcétera de obras se hicieron con fondos del ayuntamiento.
Por morosos
En Barbarte, pese a tener una de las tasas de paro más altas de todo el país, se repitió el mismo problema. Su alcalde Rafael Quirós explica a elEconomista que el pueblo no estaba al corriente de la Seguridad Social. "Cuando llegué a la alcaldía me encontré con que no se pagaba desde hace 30 años nada. Es más, se debían 30 millones y había una cuota inaplazable de cinco millones que había que cubrir".
El pueblo se quedó sin el nuevo centro de salud que "tanto necesitábamos", sin cine, sin dos circunvalaciones o sin la subestación eléctrica? sin casi cuatro millones de euros. "¡Vamos, un empujoncillo para Barbate! En el segundo plan hicimos la trampa y nos fuimos con la mancomunidad. Aunque todo el dinero, los dos millones de euros, fue para nosotros", recuerda.
Y si en Manilva pataleaban, en Pinarejos (Segovia) lo que hubo fue todo lo contrario. En una palabra: desidia, la "desidia el alcalde", dice alguien que conoce bien la casa. El pueblo segoviano, de 132 habitantes, lo presentó sin interés alguno, sin ganas, sin prisas, sin elaborar, sin? Se pidió, pero la documentación no llegó nunca a buen puerto.
"Del segundo me encargué personalmente y ése sí, ese sí que nos llegó", dice la misma fuente que aún pena por los 26.000 euros perdidos por una mala gestión. Muy cerca, en San Juan de la Encinilla (Ávila) los vecinos ni siquiera saben por qué no se pidieron los 20.000 euros que les hubiera correspondido.
En Hontecillas (Cuenca), por el contrario, sí que saben lo que pasó: la falta de tiempo. "Los tiempos eran muy cortos, no había tiempo para pensar y, lo que es peor, no se hicieron en inversiones importantes", dice un técnico municipal, que reconoce que no hubo análisis de eficiencia ni rentabilidad de las obras acometidas en otros pueblos.
Otro de los problemas que denuncian es que no se podían presentar planes que ya estuvieran en el programa del Ayuntamiento. "Así que hubo que inventarse obras: aquí me hago una ermita, aquí unos columpios, aquí una chapuza", denuncian en Hontecillas, que subrayan que "los contratos eran temporales y nunca hubo vocación de permanencia. Eran papel de fumar".
Sus 70 vecinos necesitaban y necesitan hoy todavía una conducción de agua. ¿Qué es lo que más les fastidió? "Gastar mil euros en el cartel de Plan E. Era obligatorio ponerlo e indicar la obra que se iba a hacer, aunque luego como en nuestro caso ni se consiguiera".
La situación financiera de Os Blancos (Lugo), con apenas mil vecinos, tampoco era la mejor. Endeudados hasta las cejas y con un exalcalde condenado por prevaricación y malversación de caudales, el enfrentamiento político y la deuda con la Seguridad Social les hizo perder 200.000 euros de ayudas públicas a través de los fondos del Plan E.
Bronca municipal
También en bronca acabó la cosa en Zaldibia. El objetivo era rehabilitar la Casa Consistorial guipuzcoana. Pero la falta de acuerdo entre los grupos impidió hacerse con los 200.000 euros del Gobierno más otros 800.000 que hubiera aportado, por su parte, la Fundación Kutxa. La corporación dimitió en bloque. "¿Que si hubiera venido bien ese dinero?", se preguntan. " El Ayuntamiento se va a caer un día y del dinero de la Kutxa, nada".
Sus vecinos vizcaínos de Zaratamo, gobernados por EA, corrieron la misma fatalidad y se dejaron escapar, como así lo definen, los casi 300.000 euros por hacer la solicitud fuera de plazo.
La Secretaría para la Cooperación Local del municipio explicó que la medida obedece al "incumplimiento de la tramitación" por un día. O sea, fuera de plazo. Los mandatarios locales pretendían utilizar esta 'inyección extra' de dinero para urbanizar uno de los núcleos con más residentes del municipio, el barrio de Arkotxa. Desde el PNV -único partido de la oposición- se apresuraron a señalar que "las cosas se han hecho rematadamente mal y de forma muy chapucera".
Chapuza los que se quedaron fuera y chapuza el balance hecho por el Tribunal de Cuentas: el 42 por ciento de los ayuntamientos no especificó unos criterios para la selección de los proyectos y financiaron con el Plan E proyectos que no se habían realizado por falta de presupuesto. Lo dice el técnico de Hontecillas: "Chapuzas".