Los afectados de Bankia y Liberbank sufren minusvalías latentes de hasta el 55% tras el canje. El fondo de garantía aplicará nuevos descuentos para el ahorro de CatalunyaBanc y Novagalicia.
La solución a las preferentes y las obligaciones de la banca rescatada ha sido muy dispar. Las pérdidas para sus inversores también y muchos de ellos se mantienen atrapados después de los canjes por acciones impuestos por Bruselas a cambio de las ayudas públicas.
Los procesos de gestión de estos productos todavía no han terminado en todas las entidades y su culminación, en algún caso, no llegará hasta dentro de tres e, incluso, cinco años.
Los datos oficiales de la CNMV indican que cerca de 500.000 clientes, tanto institucionales como particulares, se están viendo afectados por la venta de los grupos financieros que han tenido que ser rescatados por el Estado en los últimos meses. Y según las cifras del Frob, el descuento promedio alcanza el 39 por ciento. Es decir, ésta es la pérdida que asumen por ahora. Un agujero que, no obstante, es menor a lo que en principio se podía esperar atendiendo a la cotización de estos productos en el mercado.
Estos inversores se han visto obligados a contribuir con parte del coste para minimizar la inyección de fondos públicos en este auxilio. Las quitas que se han aplicado o se aplicarán en el dinero depositado en preferentes y subordinadas se sitúan entre el 10 y el 90 por ciento, en función del tipo de emisión y la entidad en cuestión.
En el caso de las preferentes, la quita media asciende al 41,5 por ciento, mientras que en las subordinadas perpetuas, al 36,2 por ciento. En cuento a las participaciones subordinadas se sitúa ligeramente por encima del 10 por ciento, el mínimo exigido por las autoridades comunitarias.
El caso Bankia
Sus inversores, previsiblemente, perderán más. Todo depende de la solución y de la situación de los mercados en cada momento. Por ejemplo, esta semana los inversores de Bankia han comprobado que las minusvalías pueden ser superiores. El martes se produjo el canje de estos productos por acciones de la entidad y su inicio a cotización. La conversión se hizo por un precio muy superior al valor bursátil, por lo que los inversores sufren pérdidas extra a día de hoy, por lo que si quieren desprenderse de estos activos deberán asumir un agujero mayor. Con el cierre de ayer, la quita sería del 69 por ciento sobre la inversión realizada en preferentes.
El Gobierno y el Frob han estado preocupados en los últimos meses por dar liquidez a estos productos una vez realizados los canjes y asumidas las primeras pérdidas. Ha buscado distintas fórmulas, pero ninguna, hasta el momento, sirve para que los tenedores de híbridos puedan escapar sin tener que pagar un mayor coste.
Las nacionalizadas
Ni en las nacionalizadas ni en el resto de entidades ayudadas las opciones permiten ser muy optimistas. Ni siquiera para los particulares, a excepción de aquellos que han sido engañados y acudan bien a los procesos de arbitraje o a los tribunales para conseguir la devolución del ahorro depositado.
En dos grupos, CatalunyaBanc y Novagalicia, el Ministerio de Economía ha establecido que mecanismo para que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) adquiera las preferentes y subordinadas previamente canjeadas por acciones de los clientes minoristas. De momento tiene que fijar los descuentos para esta conversión, pero el Frob ya ha anticipado que la media superará el 40 por ciento. También tendrá que establecer el valor de mercado de estas acciones que, en función del momento en que se realice será diferente, al igual que la comisión que FGD cobrará por la compra de estos activos. Algunas fuentes indican que la valoración y la tarifa la quita adicional será de un 15 por ciento. La próxima semana podría concretarse en la reunión que mantendrá el FGD.
Los inversores mayoristas de estas dos entidades se quedará atrapados hasta que su comprador aporte una solución. Tanto CatalunyaBanc como Novagalicia tienen que ser vendidas antes de 2017. El Gobierno quiere acelerar al máximo esta desinversión e, incluso, no descarta llevarlas a cabo antes de finales de este año ante el deterioro de sus balances.
Del comprador no dependerá la pérdida final para los inversores de BMN, la otra entidad cuya mayoría del capital estará en manos del Estado. El quebranto estará en función del precio que se fije en la salida a bolsa que tendrá que manterializar antes de 2016 y su evolución en el mercado. La situación de BMN es totalmente diferente a la del resto, ya que entre el inversores apenas hay particulares debido a que pudieron canjearlos el año pasado por depósitos. De momento, la quita media en su caso se eleva al 53 por ciento para las preferentes y del 41 por ciento para subordinadas.
Hasta que no se produzca su estreno en el parqué los inversores, en su mayor parte institucionales, están retenidos sin poder disponer de estos recursos, con o sin pérdidas adicionales. BMN tendrá que detallar al regulador este mes su proyecto de salida al mercado.
La fórmula de las convertibles
Quien ya se ha estrenado ha sido Liberbank, con el objetivo de dar liquidez a los afectados. Pero la solución, más allá de reducir en buena parte las minusvalías originales, dejará atrapados a una mayoría de inversores particulares. No obstante, el grupo liderado por Cajastur ha puesto en marcha distintos mecanismos de compensación.
La oferta lanzada por Liberbank consiste, para los minoristas, en una conversión de las preferentes y subordinadas por acciones y bonos convertibles en títulos.
Con su debut en el mercado, los inversores han asumido unas pérdidas latentes hasta el momento de un 55 por ciento sobre el canje. Es similar a lo sucedido con Bankia, ya que el nominal al que se hizo la operación es muy superior al de la cotización. Con este efecto, el agujero para los ahorradores sobrepasa el 70 por ciento sobre la inversión. Para aquellos que mantengan las acciones, Liberbank se ha comprometido a pagar un interés del 2 por ciento anual durante los dos primeros ejercicios. De esta manera, intenta evitar una salida masiva de socios y un desplome bursátil.
Para los bonos convertibles, que acumulan la mayor parte de la propuesta, desembolsará tipos de entre el 5 y 7 por ciento hasta el canje por acciones, cuyo precio mínimo lo ha fijado en 0,5 euros, el mismo al que cotiza a día de hoy.
Los bonos convertibles también es la fórmula diseñada por Unicaja para los preferentistas y tenedores de subordinadas de Caja España-Duero en el caso de absorba la entidad castellana. De esta manera ha logrado reducir el descuento que se aplique a los inversores. Para las subordinadas la quita media es del 10 por ciento. Esta era una de las condiciones que ha impuesto Unicaja para seguir adelante con el proceso de adquisición, que incluye la salida a bolsa antes de 2016.
En el supuesto de que rechace la operación, los titulares de híbridos de Caja España-Duero será muy superior y la entidad caerá en el saco de las nacionalizadas, por lo que se tendrá que vender.