La consejera de Bienestar Social y Familia de la Generalitat, Neus Munté, ha reconocido que Cataluña se encuentra inmersa en una "emergencia social", aunque ha pedido a las entidades que no creen alarma, después de que Cáritas y Creu Roja hayan alertado esta semana del peligro de que la situación desemboque en una crisis humanitaria.
Munté ha reconocido hoy las "terribles tasas de pobreza" que sufren miles de catalanes, aunque se ha mostrado confiada en que la situación no va a empeorar gracias al esfuerzo conjunto del Gobierno, las entidades y la sociedad civil.
"Es necesario acabar con la lacra de la pobreza y la vulnerabilidad", ha urgido la consejera, que pese a ello ha pedido un uso cuidadoso del lenguaje para referirse a esta realidad, evitando términos como crisis humanitaria.
Munté ha admitido que el contexto social es complicado, especialmente por los "constantes ahogos económicos a los que el Estado somete a la Generalitat", una situación que, según ella, obliga a un sobreesfuerzo de la Generalitat para no dejar a nadie que lo necesite desatendido.