La tasa de paro alemana se situó en mayo en el 6,9%, según los datos ajustados, una cifra relativamente buena en un contexto de destrucción constante de empleo y tasas desorbitadas en buena parte de la Eurozona y la Unión Europea en conjunto. Pero si se entra en detalle, se observa que la 'locomotora europea' suma cuatro meses consecutivos en los que su mercado destruye empleo. Y otro dato: alrededor de 7,4 millones de trabajadores, un 20% del total, tienen un minijob.
Esta forma de empleo, para muchos marginal, permite al trabajador ganar hasta 450 euros al mes libres de impuestos trabajando unas horas determinadas. Pero no hay que olvidar que el salario por hora de un minijob es generalmente bajo, algunos incluso por debajo del euro, y el empleado no dispone de los mismos beneficios que otro con un puesto regular.
Eso sí, los defensores de los minijobs argumentan que esta opción de trabajo a tiempo parcial puede resultar atractiva para muchos parados, que este tipo de empleos dan más flexibilidad a las empresas y la posibilidad de contratar a más personas para empleos poco cualificados y de baja productividad.
Los "minijobs son ideales para las personas que quieren trabajar sólo un pequeño número de horas a la semana o al mes", explica Oliver Stettes, experto en mercado de trabajo del Instituto de Investigación Económica de Colonia, en declaraciones a The Wall Street Journal.
Los minijobs resultan especialmente atractivos para el sector servicios, por ejemplo, donde habitualmente es necesario hacer frente a determinados picos de trabajo. "Se necesita más mano de obra a la hora del almuerzo. Es ahí cuando un empleado con minijob entra y ayuda durante unas horas solamente".
Los más críticos, sin embargo, culpan a los minijobs de ampliar la brecha entre ricos y pobres y de fomentar el aumento de la pobreza. Los datos de la oficina de empleo germana muestran cómo el grupo de empleados con salarios más bajos creció tres veces más rápido que el resto entre 2005 y 2010.
La moderación salarial y las reformas del mercado laboral que emprendió Alemania a partir de 2003 ayudaron a empujar la tasa de paro hasta el nivel más bajo en 20 años. Mucho se ha hablado del milagro económico alemán, y su modelo se cita a menudo como ejemplo.
Claro que durante este periodo de tiempo han crecido especialmente los empleos temporales y de baja remuneración como consecuencia de la desregulación y la promoción de empleos flexibles.
Debate político
Los partidos de la oposición, apunta el WSJ, han debatido mucho sobre este tema y lo siguen haciendo, con las elecciones de otoño a la vuelta de la esquina. Los socialdemócratas de centro-izquierda se comprometen a mejorar las protecciones laborales y los poderes de negociación colectiva relacionados con los minijobs.
Por su parte, el Partido Verde quiere un límite de 100 euros al mes de ingresos libres de impuestos, a fin de crear más puestos de trabajo regulares.
El partido de coalición hoy en el Gobierno critica la propuesta del Partido Verde. Piensa que su plan eliminaría el acceso de muchas personas al mercado de trabajo. Precisamente el Gobierno elevó el año pasado el límite de ingresos libres de impuestos de un minijob desde los 400 a los 450 euros.
¿Un trabajo sin futuro?
Para Wernes Eichhorst, el director adjunto de política laboral en el instituto de investigación independiente IZA "los minijobs son un trabajo sin futuro". Según explica, "están estructurados de manera que los empleados no tienen incentivos para convertir esos puestos de trabajo en un empleo regular y, por razones fiscales, los empleados no tienen ningún incentivo para trabajar más".
Los minijobs son particularmente comunes en los estados de la antigua Alemania comunista. Un estudio reciente publicado por el Ministerio de Asuntos de la Familia encontró que las mujeres en particular pueden llegar a ser "atrapadas" en minijobs, que califican como de "programa para la creación de una impotencia económica para toda la vida".