Asegura que sólo las reformas estructurales son adecuadas para volver a crecer a tasas superiores al 1%
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Fundación de Estudios Financieros (FEF), Juan Carlos Ureta, ha resaltado este miércoles la necesidad de reformar el sistema fiscal reduciendo los tipos marginales de IRPF, eliminando deducciones de renta y Sociedades y aumentando la cesta de productos gravados por el tipo general de IVA (21%).
En un desayuno organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Ureta ha asegurado que el sistema impositivo español se caracteriza por su "complejidad" y "poca transparencia". A su parecer, cuenta con tipos muy elevados pero también con un sistema de deducciones que hace que en la práctica los tipos sean mucho más bajos.
Así, considera "necesario" reformar "en profundidad" un sistema que además penaliza el ahorro y el empleo con el objetivo de recaudar de forma similar a como se recaudaba antes de la crisis. "Es necesario ir hacia un sistema fiscal más eficiente, cuyos ingresos guarden una relación estable con respecto al PIB y que sea más sencillo y transparente", señala Ureta.
Por otro lado, apuesta por fomentar la competencia y la participación del sector privado en el sector público no sólo por ahorro de gasto, sino también por razones de competencia y eficiencia. En concreto, pide aplicarlo en todos los sectores (sanidad, educación, justicia o carreteras, entre otras) y cobrar por la utilización de los servicios públicos avanzando en las fórmulas de copago por el uso de dichos servicios, sobre todo en sanidad y educación.
De la misma forma, cree que hay que reformar un sistema de financiación autonómico que ha demostrado ser "ineficiente" para dotarlo de una mayor corresponsabilidad fiscal entre el Estado y las comunidades autónomas o para centralizar algunas de las funciones de decisión del gasto público.
Para mejorar la financiación de la economía en el entorno actual, pide redefinir la banca nacional y proporcionar nuevas alternativas de financiación, entre otras cosas, ya que la reducción de las necesidades del sector público es "clave" para mejorar la financiación de la economía española y el problema de la financiación empresarial es un "reto fundamental" para España.
Ante la falta de crédito a corto plazo, propone una actitud "abierta" a la entrada de capital extranjero en el sistema financiero español y políticas que fomenten y desarrollen la financiación por la vía del mercado de capitales para la pyme, creando una base inversora para los mercados de capitales y propiciando marcos fiscales y actitudes regulatorias más favorables.
Para favorecer la internacionalización y el sector exterior, se inclina por facilitar un mayor tamaño de la empresa española, por buscar nuevas vías de financiación no bancarias (mercado de capitales), por integrarse en las cadenas de valor globales para exportar más, por reducir los costes energéticos y por mejorar el entorno laboral y fiscal para atraer talento.
FALTAN REFORMAS
Al analizar las reformas puestas en marcha, Ureta asegura que se ha hecho lo que se consideraba "prioritario y urgente", pero cree que quedan pendientes las reformas "más importantes" para mejorar la productividad y la competitividad porque la confianza no volverá a los agentes económicos si no hay perspectivas de crecimiento. "Sólo las reformas estructurales son adecuadas para volver a crecer a tasas superiores al 1%", sostiene.
Sobre el ajuste presupuestario necesario para estabilizar la ratio de deuda, asegura que será "muy significativo y superior" al del anterior periodo recesivo y que se tendrá que efectuar en un entorno que dificulta "seriamente" su implementación por las incertidumbres sobre el crecimiento potencial de la economía, su composición "pobre" en generación de ingresos y la duración de la recesión.
En este contexto, Ureta cree que la credibilidad del proceso de consolidación fiscal es "determinante" para recuperar la confianza y ve necesaria la concreción de un plan de ajuste de medio plazo, con medidas detalladas de carácter permanente y basado en unas previsiones macroeconómicas "prudentes", que genere credibilidad en dicho proceso. Asimismo, reclama una política de comunicación "adecuada" de las reformas a la sociedad.
