Economía

¿Y si el PIB midiese bienestar y felicidad? España sería el décimo país más avanzado

  • El profesor de Harvard Michaer Porter presenta su Índice de Progreso Social
  • Sitúa a Suecia como el país más socialmente avanzado a nivel mundial
Imagen: Archivo

Crecimiento económico no siempre va ligado a bienestar y son muchos los economistas -y otros tantos políticos- que han hecho un llamamiento a la necesidad de rediseñar las estadísticas para medir la satisfacción ciudadana en relación al progreso económico.

Uno de ellos es el profesor de Harvard Michael Porter, creador también del llamado concepto de valor compartido. En su opinión, es ridículo estar midiendo el éxito de una economía únicamente según el crecimiento en un momento en que los países se enfrentan a enormes convulsiones sociales. ¿Podrá el profesor Porter hacer por el bienestar y la felicidad lo que otros no han logrado?

Con este objetivo, Porter ha presentado el nuevo Índice de Progreso Social (SPI), con el que pretende llevar las consideraciones sociales y otros tantos conceptos como felicidad, bienestar o satisfacción a lo más alto de la agenda política y empresarial, según recoge The Guardian.

En su opinión, una base sólida de conocimiento y análisis es esencial para que gobiernos, empresas y sociedad sean capaces de desarrollar nuevas herramientas de medida que vayan más allá del PIB. Y lo que Porter quiere es que su nuevo índice sea tomado en consideración por el mayor número de países posible.

España, en el 10º puesto

El SPI, que clasifica a 50 economías, sitúa a Suecia como el país más socialmente avanzado a nivel mundial. Reino Unido ocupa el segundo lugar, por encima de Alemania, que ocupa el quinto lugar, Estados Unidos el sexto, y Japón, el octavo. España, por su parte, ocupa el décimo lugar, por detrás de Francia. En la parte baja de la tabla, Etiopía, Nigeria y Uganda.

Aunque las conclusiones de la investigación inicial no generan grandes sorpresas, otras lo hacen más, como por ejemplo que casi todos los países ricos gestionan mal sus recursos en materia de sostenibilidad del ecosistema, especialmente grandes países con abundantes recursos naturales como Australia (46º), Canadá (47º) y EEUU (48º).

Porter piensa que muchos índices anteriores han fracasado porque han tratado de mezclar indicadores económicos con indicadores sociales. En su defensa, alega que el SPI solo se basa en consideraciones sociales y ambientales.

"Los esfuerzos previos para ir más allá de la medición económica sólo han sentado bases importantes, pero necesitamos un mayor enfoque holístico, integral y riguroso. El Índice de Progreso Social es un intento de abordar estas brechas y oportunidades", señala en declaraciones que recoge The Guardian.

Uno de los puntos más interesantes del SPI, que se basa en datos de organizaciones como el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, es que muestra que es posible lograr un alto nivel de progreso social con un nivel de ingresos relativamente modestos. Y que el progreso se basa en una estructura política eficaz en lugar del tamaño de una economía. Por ejemplo, Ghana y Nigeria son similares en tamaño, pero Ghana ha demostrado ser mucho más eficaz en términos de lograr el progreso.

Michael Green, director de Social Progress Imperative, una organización creada para dar apoyo al nuevo índice concluye: "Siempre ha existido la idea de que el crecimiento económico es lo que te da bienestar, pero lo que el índice muestra es que también funciona a la inversa y que el bienestar también crea el progreso económico. Si un país es más estable y está más en paz, entonces será un lugar mejor para hacer negocios".

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