Pekín, 11 abr (EFECOM).- El descenso del superávit comercial chino -que registró una caída del 10,8 por ciento en el primer trimestre del año, según datos de la Administración de Aduanas de China- evidencia los síntomas de enfriamiento que presenta la economía china.
Arrastrado por la ralentización del crecimiento de las exportaciones, el excedente totalizó 41.420 millones de dólares a pesar del repunte al alza que experimentó en marzo (13.400 millones de dólares, por sólo 8.560 en febrero).
Las exportaciones se incrementaron un 21,4 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado hasta los 305.900 millones de dólares.
Sin embargo, los analistas chinos vaticinan que las exportaciones seguirán frenándose este año debido al descenso de la demanda, los efectos de la crisis inmobiliaria 'subprime' y, en algunos sectores, las mayores tasas y la reducción de las ventajas fiscales para las ventas al exterior.
Este fuerte superávit ha causado numerosas tensiones entre Pekín y economías como la estadounidense y la europea, e incluso denuncias ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las visitas del secretario del Tesoro de EE.UU, Henry Paulson, y los encuentros bilaterales entre norteamericanos y chinos contaban entre sus objetivos con el de equilibrar la balanza comercial de ambos países, aunque los vaivenes de la propia economía china pueden solventar parte del agravio.
Y es que el principal objetivo económico para Pekín es la contención de la inflación, que alcanzó niveles récord en el último año y que en 2008 no da señales de freno (8,7 por ciento en febrero).
En un discurso pronunciado la semana pasada, el primer ministro chino Wen Jiabao recalcó que China necesita parar el mayor encarecimiento de precios en los últimos 11 años, a la vez que debe mantener un crecimiento notable para crear puestos de trabajo suficientes para la presión demográfica del país.
Una de las medidas tomadas por el Ejecutivo chino para frenar esta sangría es la apreciación progresiva del yuan, que ya ha subido un 4,5 por ciento en lo que va de año respecto al dólar, más de la mitad de lo que lo hizo en todo 2007, y cotiza a menos de siete por un dólar desde que se desligó de la paridad controlada en 2005.
La fortaleza de la moneda nacional china es un obstáculo importante para el balance del comercio exterior chino, ya que encarece los costes de exportación y disminuye los precios de las importaciones.
"Un yuan ascendente es un factor significativo para estrechar el excedente comercial", explicó Zhang Junsheng, experto en comercio exterior de la Universidad de Economía y Empresa Internacional.
Así se observa en los datos de 2007 ofrecidos hoy por el Gobierno chino, en los que las compras en mercados exteriores subieron un 28,6 por ciento hasta los 264.500 millones de dólares, siete puntos más que las ventas.
No obstante, China ha podido compensar, en parte, el freno en las exportaciones a través de la Inversión Extranjera Directa (IED), que se ha doblado en el último año hasta alcanzar los 27.400 millones de dólares.
Para Zhang, la caída del superávit no fue una sorpresa, sino "la comprobación de que las políticas de ajustes del año pasado empiezan a tener efecto".
Su pronóstico para el segundo trimestre coincide con el de la mayoría de analistas, tanto nacionales como internacionales: una continuación en la caída del excedente, aunque de manera mas moderada. EFECOM
gmp/mdo
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