Economía

Anastasiadis expondrá en Bruselas las líneas rojas y los puntos flexibles

Nicosia, 13 mar (EFE).- El nuevo presidente de Chipre, el conservador Nikos Anastasiadis, acude mañana a su primer Consejo Europeo con la intención de presentar a sus socios los puntos en los que su Gobierno está dispuesto a ceder, pero también las líneas rojas ante el rescate financiero.

Anastasidis viajará acompañado por su ministro de Finanzas, Mijalis Sarris, quién participará en la reunión extraordinaria que el Eurogrupo celebrará el próximo viernes sobre el rescate financiero a Chipre.

"El objetivo es crear un clima positivo para la negociación final en el marco de la cumbre del Partido Popular Europeo, en el Consejo Europeo y en la reunión del Eurogrupo", explicó hoy el portavoz del Gobierno, Jristos Stilianidis, tras mencionar las citas bilaterales que Anastasiadis tendrá con altos cargos europeos.

Sin embargo, Chipre busca medidas que limiten las exigencias de la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional), cuyos jefes de delegación realizaron la semana pasada una visita en la isla.

"El presidente chipriota intentará llegar a un acuerdo político preliminar, algo que se puede hacer a finales de esta semana" explicó a Efe el profesor de Finanzas en la Universidad de Chipre, Alexandros Mijailides.

Según el economista chipriota, Anastasiadis se presenta a los encuentros europeos sus líneas rojas bien trazadas: la quita de los depósitos bancarios y la tasa a las transacciones financieras, dos puntos que Nicosia ve como nefastos para su economía.

Los rumores sobre la posibilidad de que la troika pudiese exigir una quita parcial en los depósitos antes de acordar financiar un rescate del sector bancario de la isla, se han producido desde el pasado febrero y no desmentidos por el Eurogrupo.

"Esa es una línea roja que deberían tener también la Comisión Europea y el Banco Central europeo debido al pánico que podría cundir en el resto de la zona euro si en un país de la moneda única los titulares de repente pierden sus depósitos, algo que nunca antes se ha producido", opinó Mijailidis.

Otra línea roja de Nicosia es la exigencia de la troika de imponer una tasa sobre las transacciones financieras (TTF).

La TTF está considerada en Chipre como "una catástrofe" para un país cuyo sector bancario es uno de los pilares económicos.

Nicosia se ha mostrado, en cambio, receptiva respecto a otra de las exigencias de la troika, el aumento del impuesto de sociedades, actualmente en el 10 %.

El jefe del Consejo Nacional de Economía chipriota, Jristóforos Pissaridis, no excluyó que este impuesto pueda subir al 12,5 %.

"No tiene importancia si el impuesto queda en el 12,5 % o en el 11,5 % o en el 11%. Lo importante es que podamos convencer de que, sea cual sea el nivel en que se fije, se quedará en él durante años", dijo el Premio Nobel de Economía en declaraciones a la televisión pública.

Chipre, socio de la zona euro desde 2008 con la tercera economía más pequeña de Europa con 17.900 millones de euros, necesita unos 10.000 millones de euros para recapitalizar su sector bancario y otros 7.500 millones para sanear sus finanzas públicas.

Según la prensa local, en su reciente visita la troika ofreció a Chipre sólo unos 10.000 millones para que la deuda de este país sea sostenible.

Esta eventualidad, según los economistas locales, pondría a Chipre en serias dificultades, ya que el Gobierno se vería obligado a imponer nuevos impuestos y recortes.

Chipre es el primer país entre los que solicitaron rescate financiero que aplica los recortes reclamados por la troika antes del acuerdo final.

Entre la concesiones que Chipre estaría depuesta a llevar a cabo está la privatización de algunos de sus organismos estatales, ya revisados por los técnicos de la troika.

Además, Chipre aceptó la exigencia de la troika para una auditoría externa que analice supuestos casos de lavado de dinero, aunque sin lograr hasta hoy a una solución definitiva.

Chipre solicitó el rescate en junio pasado, principalmente para sanear su sector bancario, muy debilitado por el impacto de la crisis griega, dada su alta exposición a la deuda helena, cuya quita el pasado año le costó la pérdida de unos 4.500 millones de euros.

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