
El director general del Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB) ha dicho que las entidades financieras con participación estatal tendrán un papel activo en el flujo de crédito hacia la economía una vez que ésta empiece a recuperarse.
"Tras la reestructuración, podrán atender la demanda de crédito, que siempre llega después de la recuperación económica. Hay que perseverar en las reformas para que la economía se recupere y, en ese momento, aparecerá la demanda solvente", dijo Antonio Carrascosa en una entrevista con El País.
El jefe del fondo de rescate bancario dijo también que la Sareb o banco malo en el que las entidades, principalmente las nacionalizadas, han depositado los activos más tóxicos del ladrillo, venderá inmuebles por debajo del precio de compra aunque con un techo de pérdidas para no convertirse en una entidad de carácter público.
"No puede tener pérdidas que no se cubran con los 5.000 millones de recursos propios. Si esto sucede, podría ser considerada una entidad pública".
Sobre el programa de desinversiones del FROB en entidades bancarias españolas, Carrascosa reconoció que el Estado da por perdidos los 5.500 millones de euros de ayudas públicas inyectados en el malogrado Banco de Valencia y que espera recibir algo de dinero por Banco Gallego, por el que han llegado tres ofertas.
"Hasta ahora solo el importe inyectado en Banco de Valencia puede darse por perdido. En otras ventas (CAM, Unnim), los importes invertidos han sido recuperados por las aportaciones del sector financiero a través del Fondo de Garantía de Depósitos", dijo Carrascosa.
La antigua filial de Bancaja fue adjudicada a finales del año pasado a Caixabank por el simbólico precio de un euro en una operación que incluyó una inyección de fondos europeos de 4.500 millones de euros, aunque previamente había recibido ya otra inyección de capital público de 1.000 millones de euros, además de una línea de liquidez por 2.000 millones de euros.