
El número de parados en Francia se elevó en 124.000 personas en los últimos tres meses de 2012, hasta los 2.944.000 millones de desempleados. De esta forma, la tasa de paro alcanzó el 10,2% de la población activa, un nivel que no se marcaba desde mediados de 1999.
Según los datos proporcionados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INSEE), se trata del sexto repunte mensual consecutivo del paro.
El desempleo en la Francia metropolitana tuvo una especial incidencia entre los menores de 25 años, de los que el 25,7% no tenía trabajo, frente al 24,1% de los tres meses anteriores.
A su vez, el paro masculino se situó en el cuarto trimestre en el 10,2%, frente al 9,7% del trimestre precedente, mientras que el alza del paro femenino fue de tres décimas, hasta el 10,3%.
El organismo estadístico francés añade que teniendo en cuenta los territorios de ultramar la tasa de paro fue del 10,6% entre octubre y diciembre, cuatro décimas más que en los tres meses precedentes.
Francia tampoco se libra de loa crisis económica que azota a la región periférica. Tras anunciar que este año el crecimiento económico será casi nulo este año y que no van a cumplir el objetivo de reducción de déficit, el Gobierno de François Hollande se ha puesto manos a la obra para aplicar nuevos ajustes y reformas.
Una de ellas está destinada a flexibilizar el mercado laboral, con la intención de invertir de aquí a finales de año la curva del paro.
Según explicaba ayer el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, se facilitará que las empresas puedan adaptarse más rápido a altibajos en su actividad a través del recorte de jornadas laborales y salarios, y de la movilidad geográfica. A cambio, las compañías deberán comprometerse a mantener ciertas garantías a los trabajadores.