El Fondo Monetario Internacional acaba de publicar el informe completo sobre el estado de salud del sector financiero español. En el documento, la institución liderada por Christine Lagarde destaca "los importantes progresos realizados en la aplicación de reformas del sector financiero".
Según los funcionarios del Fondo, "el programa sigue en marcha: la limpieza de los bancos descapitalizados ha alcanzado una etapa avanzada, y las reformas fundamentales del marco del sector financiero en España se han adoptado o diseñado. En efecto, la mayor parte de todas las medidas de todo el programa ya se han completado".
Dicho esto, aún quedan muchas cosas por hacer y los riesgos siguen siendo elevados. De hecho, el FMI estima que la demanda interna va a permanecer contenida a medio plazo, lo que refleja el continuo desapalancamiento del sector privado en medio de las difíciles condiciones financieras y la consolidación fiscal en curso.
Si bien las exportaciones seguirán contribuyendo cada vez más al crecimiento y la mejora de la competitividad, la capacidad de las exportaciones para impulsar una recuperación más ágil en nuestro país "se ve obstaculizada" por el comatoso estado económico.
El personal del FMI proyectar un año más que en 2013, la economía se contraerá un 1,5 por ciento, "seguida de una recuperación lenta". De hecho, reconocen que "la caída acumulada del PIB real durante 2012-14, es previsiblemente peor a la establecida por el escenario básico de las pruebas de resistencia a las que fue sometido el sector financiero patrio". Dicho esto, el escenario del FMI sigue siendo significativamente mejor que el caso adverso utilizado para evaluar el capital de los bancos españoles.
Cierto es que este año, la economía española sufrirá una contracción del 1,5 por ciento y registrará un tímido crecimiento del 0,8 por ciento en 2014. Posteriormente avanzará un 1,4 por ciento en 205 y un 1,6 por ciento en 2015 y 2016, respectivamente. En 2018, es decir, en cinco años, el PIB crecerá un 1,7 por ciento, por lo que la media de expansión económica de nuestro país durante dicho periodo de tiempo será aproximadamente del 1,4 por ciento.
Radiografía del sector financiero
En lo que se refiere al sector financiero, el FMI reconoce que el resto de elementos de la recapitalización así como el ejercicio de distribución de la carga debe ser completado en el momento oportuno y en formas que reduzcan al mínimo los costes de los contribuyentes. Para ayudar a optimizar el valor de la inversión del Estado en los bancos nacionalizados, "los acuerdos del FROB y las políticas deben seguir fortaleciéndose".
Las prioridades políticas para hacer frente a los desafíos restantes incluyen la realización de un plan de negocios actualizado y global a largo plazo además de la aplicación robusta de sólidos acuerdos de servicio para salvaguardar el valor de los activos de SAREB, más conocido como el banco malo.
Desde el FMI afirman que el 25 por ciento de la distribución de la carga de los bancos españoles, es decir, la recapitalización de los mismos, será soportado por los dueños de participaciones preferentes y otros títulos de deuda (alrededor de 13.000 millones de euros). Este reparto supone "uno de los más extensos de la historia europea reciente".
Sin embargo, desde Washington también se hacen eco de los problemas de las preferentes y las denuncias interpuestas por muchos ciudadanos. Es por ello que el FMI advierte que el arbitraje de las preferentes debe hacerse con cuidado, aunque hubieran malas prácticas. "Las denuncias de ventas abusivas han complicado la situación y deben tratarse a través de un proceso ordenado, transparente y eficiente", estima el FMI. De hecho deja claro que las demandas de ventas abusivas implican "una gran cantidad de clientes y costes potencialmente significativos".