Crece el endeudamiento de la Administración, a 882.339 millones, mientras hogares y empresas lo bajan.
Una de cal y otra de arena: el Gobierno dice haber logrado un déficit público inferior al 7 por ciento en 2012, a costa de ajustes y recortes con una amplia contestación social, pero en cambio ha sido incapaz de embridar la deuda de las Administraciones, que no sólo no se ha contenido, sino que en un solo año se ha disparado en la imponente cifra de 145.871 millones, hasta alcanzar el récord de 882.339 millones de euros -en torno al 84 por ciento del PIB-, según los últimos datos que ha hecho públicos el Banco de España.
Dicho de otro modo: en el primer año de mandato de Mariano Rajoy, el endeudamiento público ha crecido 14 puntos de Producto Interior Bruto (PIB) -desde el 69,3 por ciento al 83,5 por ciento-, mientras que la economía del país retrocedía el 1,34 por ciento, a tenor de la información provisional recogida por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
52.000 millones en un mes
Pero es que, tan sólo en un mes, el de diciembre, la deuda oficial de España se incrementó en la histórica cifra de 52.068 millones de euros, lo que indica el enorme peso del rescate bancario en los números rojos del país y habla a las claras del evidente desequilibrio entre los activos y los pasivos en las cuentas financieras.
Precisamente, fue el 12 de diciembre cuando el Fondo de Rescate Permanente de la zona euro (Mede) transfirió a España la deuda por valor de 39.468 millones de euros para recapitalizar los cuatro bancos nacionalizados -Bankia, Novagalicia Banco, Catalunya Banc y Banco de Valencia-, así como el capital del denominado banco malo. Además de estas ayudas a la banca, sobre el volumen final de deuda pública de 2012 ha impactado el plan de pago a los proveedores, que ha hecho que las facturas sin abonar hayan pasado a contabilizarse como deuda pública. Es decir, otros 28.000 millones que han ido a cargo de las arcas públicas.
Al margen de estas dos grandes fuentes de deuda en 2012, la Administración Pública ha seguido gastando más de lo que ingresa y debe recurrir a los mercados para cubrir esa diferencia, lo que apunta a que ese desfase no se puede corregir con los objetivos de déficit, a pesar de las subidas de impuestos y de los recortes.
¿Qué pasará en 2013? Este año, las necesidades de financiación de nuestro país ascenderán a 207.000 millones, tal y como recogen los Presupuestos Generales del Estado, que es una cifra que duplica la asignada en 2012 y que indica los aprietos para recortar la deuda, que es uno de los indicadores que definen la estabilidad financiera del país.
Endeudamiento privado
Con todo, el primer problema de deuda de España no es la pública, sino la privada, es decir, la que acumulan hogares, empresas e instituciones financieras, y cuyo importe total es tres veces el de la pública.
Según los últimos datos homogéneos del Banco de España, las sociedades no financieras arrastraban una deuda de 1,39 billones de euros en el tercer trimestre de 2012, mientras que los hogares debían algo menos que las Administraciones Públicas -906.177 millones de euros-, con un agujero de 843.945 millones de euros.
Aparte de lo estratosférico de las cifras, lo inquietante es la tendencia que exhibe el sector público, cuya deuda no ha dejado de crecer en los últimos años, mientras que las familias y empresas sí se han ajustado el cinturón. En detalle, los hogares llevan desde el segundo trimestre de 2011 reduciendo su endeudamiento, y lo mismo se constata en las empresas, que ajustan su endeudamiento desde 2010.
Todo lo contrario que las Administraciones, cuyo desfase no deja de agrandarse, como demuestran los 400 millones de deuda pública que España generó el año pasado.