París, 8 abr (EFECOM).- El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, destacó hoy que un acuerdo en el ciclo de negociación sería "una señal positiva" para la economía mundial en el actual contexto de crisis financiera internacional.
"Estamos en una situación en que si hubiera un acuerdo sería una señal positiva para la economía mundial" dadas las condiciones presentes en que la cuestión que se plantea es la magnitud del "choque" en la economía estadounidense y su repercusión al resto del mundo, señaló Lamy en una conferencia de la Asociación de Periodistas Económicos y Financieros (AJEF) en París.
Subrayó que, sobre la base de los avances realizados en este ciclo negociador para la liberalización del comercio mundial iniciado a finales de 2001, si hubiera un compromiso, el impacto económico sería de dos a tres veces el que tuvo la anterior ronda negociadora, conocida como la Ronda de Uruguay.
Para ejemplificarlo, precisó que la reducción de las subvenciones agrícolas que causan distorsiones en el comercio mundial sería del 70-80%, cuando en la Ronda de Uruguay había sido menos de la mitad, y también que ahora se trabaja en la reducción de los picos tarifarios, en lugar de en las tarifas más bajas.
Preguntado sobre las consecuencias para el sistema comercial internacional de la escalada del precio de los alimentos, Lamy contestó que "no hay desequilibrios fundamentales en el horizonte en términos cuantitativos" porque hay medios para aumentar la productividad agrícola y responder al crecimiento de la demanda.
Ese alza de la productividad "debería permitir" un ajuste entre la oferta y la demanda de alimentos si la correa de transmisión que es el comercio internacional "funciona", argumentó.
El director de la OMC indicó que no convocará una reunión ministerial para el mes próximo y que sólo pedirá que acudan a Ginebra los ministros de los países clave "si hay una posibilidad razonable de llegar a un acuerdo".
Contó que en la Administración estadounidense hay "una energía" que no existía previamente para intentar concluir un acuerdo antes del cambio de presidente a comienzos de 2009, y relativizó la importancia de los argumentos proteccionistas en la campaña electoral en ese país.
"La economía estadounidense necesita un sistema comercial estable", dijo tras reconocer las preocupaciones sobre el impacto para las distintas capas sociales de la liberalización del comercio.
A ese respecto, en términos generales argumentó que "nadie niega que la liberalización de intercambios sea eficiente, pero el problema es cómo se distribuye" el beneficio generado.
Recordó que "los temas que han tomado la preeminencia" de la actual ronda negociadora son las subvenciones agrícolas, las tarifas aduaneras agrícolas y los derechos aduaneros industriales.
Lamy estimó que la organización que dirige es una "precursora en el sistema internacional" en la medida en que puede abrir nuevas vías para establecer dispositivos en los que negociar por ejemplo la adaptación al cambio climático.
Hizo hincapié en que en la OMC no funcionan los vetos ni los mecanismos que privilegian a las antiguas potencias, y por eso los países emergentes la han elegido para dar una batalla a las que en el pasado eran las metrópolis colonizadoras. EFECOM
ac/pam