Economía

Solbes pide explicaciones a Blesa por su catastrofismo económico

Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, junto al ministro de economía Pedro Solbes.
Seis meses lleva Pedro Solbes, vicepresidente y ministro de Economía y Hacienda, aplicándose en vender dentro y fuera del país una imagen de solidez irreprochable del sistema bancario español. Y mire usted por donde, la semana pasada se dio de bruces contra un caballo de Troya que, desde casa, voceaba a los cuatro vientos la presunta debilidad de las murallas de la banca española, asediadada por la crisis de las hipotecas basura importada de Estados Unidos y por el desplome de la construcción ibérica.

"Da miedo la parte del balance de algunas entidades soportada por el ladrillo", desveló la semana pasada el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, a un grupo de periodistas que se llevó invitados a Viena para que fueran testigos de la expansión de su entidad hacia el Este de la Unión Europea.

"El mercado recela de la exposición del riesgo inmobiliario y costará mucho tiempo erradicar este temor", apuntilló el financiero, al que la información de primera mano y la discreción se le suponen, igual que a los soldados el valor se les da por descontado.

No sólo criticó la situación por la que atraviesa alguna entidad, sino que fue más allá adelantando acontecimientos que la propia Caja Madrid protagonizará en los próximos meses, de los que ya se ha emitido el primer capítulo, ya que ayer la caja colocó bonos por 1.250 millones de euros. Blesa indicó que algunas entidades tendrían que acudir a los mercados de capitales para financiarse, pese a que la banca tenía liquidez suficiente para el conjunto de 2008.

El máximo responsable de la caja metía a todos en el mismo saco para adelantar, minutos después, que la entidad que él preside se pasearía por todas las casas de inversión mundiales para conseguir dinero antes de verano.

Como un padre al que un hijo imprudente acaba de desmentir y sonrojar en público, Solbes exigió explicaciones a este banquero díscolo. "Yo pedí que se me confirmaran las declaraciones hechas por el señor Blesa a Caja Madrid", explicó ayer Solbes durante una interrupción del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas que los 27 países de la UE celebran desde ayer hasta hoy sábado en la localidad eslovena de Brdo.

El banquero, llamado a capítulo

"Y según la información que recibí de Caja Madrid, nunca en público el señor Blesa hizo ningún comentario de este tipo", puntualizó el vicepresidente económico español. Si Blesa se escudó detrás del pretexto de que nunca se deslizó en público, pero tampoco fue capaz de desmentir el patinazo al ser llamado a capítulo por Solbes, la conclusión más verosímil es que el primer ejecutivo de Caja Madrid admite que metió la pata amparado en la presunta opacidad de un entorno que él consideraba, a todas luces equivocadamente, privado.

Blesa ha cortado el césped bajo los pies tanto de Solbes como de sus homólogos en el sector bancario español. Tanto los agentes como el Banco de España y las patronales han defendido sin fisuras en los últimos meses la "buena salud" del negocio bancario en nuestro país. El mensaje catastrofista de Blesa es el primero que hace cundir el alarmismo sobre la situación por la que atraviesan las finanzas en España.

Hacerse el 'harakiri'

Además es lo que se llama darse un tiro en el pie. Estas declaraciones cobran relevancia porque, en este momento de incertidumbres económicas, las entidades de crédito tendrán que acudir a los mercados de capitales para conseguir financiación, ahora que el dinero sale más caro. Y una de las entidades que se verá obligada a ir a los mercados es precisamente Caja Madrid, según reconoció el propio Blesa.

Ante el chaparrón de noticias que durante los últimos meses, en la prensa anglosajona, alertan sobre el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España y la aparición de agujeros negros en la banca hispana, Solbes llegó a cuestionar la seriedad de un rotativo tan prestigioso como Financial Times. Joaquín Almunia, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, también rompió una lanza en favor del prestigio de la banca española.

"Me parece irresponsable escuchar a algunos supuestos responsables políticos hablar en esos términos", espetó Almunia al ser interrogado antes de las elecciones generales en España sobre si la ralentización del crecimiento económico español se podía deber, al menos en parte, a las incertidumbres que planean alrededor de la solvencia de los bancos españoles. Almunia replicaba así a los dirigentes del Partido Popular, Eduardo Zaplana y Mariano Rajoy, que con sus declaraciones públicas contribuyeron a avivar el fuego prendido precisamente por un artículo publicado en Financial Times.

Por otra parte, los ministros de Economía de la Unión Europea firmaron ayer un vago acuerdo de principios para actualizar y reforzar la colaboración entre las autoridades de supervisión de sus países, si se vieran obligados a lidiar con la quiebra de un banco cuyos tentáculos llegan a varios países europeos.

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