El Banco Central Europeo se reúne el próximo jueves. Aunque por ahora los expertos siguen sin atisbar movimientos en el precio del dinero, que está en el 4% desde junio de 2007, sí contemplan un recorte de los intereses a finales de este trimestre o en el siguiente. Los intereses podrían situarse en el 3,5% a final de año.
Jean-Claude Trichet ostenta un curioso récord. Desde que accedió a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), y ya han transcurrido casi cuatro años y medio desde aquel 1 de noviembre de 2003, nunca ha bajado los tipos de interés. Hasta la fecha, en su marcador lucen 45 mantenimientos y ocho incrementos del precio oficial del dinero vigente en la zona euro en las 53 reuniones en la que ha ocupado la silla más importante de la entidad. Sin embargo, las estadísticas están para romperse. Y se romperán. Así lo creen al menos 12 de los 13 expertos consultados por elEconomista, que vaticinan que la institución monetaria acabará recortando los intereses.
Eso sí, no vislumbran un recorte inmediato. Vamos, que no esperan que el BCE varíe los tipos en la reunión que celebrará el próximo jueves en su cuartel general de Fráncfort (Alemania). Todo indica que dicha cita se saldará con un nuevo mantenimiento, por lo que el precio del dinero permanecerá en el 4 por ciento en el que se encuentra desde junio de 2007.
¿Y más adelante? Tras el encuentro de la semana que viene, el abanico de posibilidades se abre. BNP Paribas e Ibersecurities ven una rebaja en el segundo trimestre, mientras que Schroders y Link Securities consideran que podría llegar en junio o en ya en el tercer trimestre. Citi, Ahorro Corporación, Intermoney, Deutsche Bank, AFI y M&G Investments fechan el recorte entre julio y septiembre, en tanto que Inverseguros lo sitúa en el cuarto trimestre e Inversis lo retrasa hasta 2009.
Con el permiso de la inflación
Por tanto, la mayor parte de los analistas juzga que la crisis financiera y su impacto en el crecimiento terminarán por estrenar el casillero de bajadas de los tipos de Trichet. No obstante, tampoco ocultan que el cumplimiento de ese pronóstico depende de la evolución de los precios, puesto que la escalada de la inflación en los últimos meses limita al extremo el margen de maniobra del BCE. No en vano, y según el dato adelantado que ha facilitado esta semana por Eurostat, durante marzo los precios repuntaron a una tasa interanual del 3,5 por ciento, la más alta desde la constitución de la unión monetaria.
Con este dato en la mano, el BCE no puede bajar los tipos, ya que su objetivo estatutario consiste en "garantizar la estabilidad de los precios por debajo pero cerca del 2 por ciento a medio y largo plazo". Es decir, un nivel muy inferior al actual, de ahí la insistencia con la que Trichet ha defendido en las últimas semanas la imperiosa necesidad de controlar la inflación y las expectativas sobre los precios.
Considerando estas presiones inflacionistas, Juan Ramón Caridad, socio de Atlas Capital, es la excepción entre los expertos consultados. Cree que el siguiente movimiento del BCE debería ser alcista, aunque tendrá lugar ya en 2009. "Debe centrarse en los precios. Además, reducir los intereses no solucionaría los problemas existentes, y si quiere plantar cara a las tensiones crediticias tiene a su disposición las inyecciones de liquidez y puede actuar como ventanilla para adquirir los títulos de los bancos", argumenta.
Pero la crisis pesa, y mucho
Ahora bien, el hecho de que no haya elevado los tipos pese a la obstinación de los precios subraya el dilema al que se enfrenta el BCE. Por un lado, siente la presión de la inflación; por otro, el aliento de la crisis y las tensiones crediticias. Y si bien el primer problema exigiría un aumento del precio del dinero, el segundo requeriría un descenso, de ahí que Trichet haya optado por no tocar los tipos a la espera de acontecimientos. Por ahora, claro está, porque los analistas sí esperan novedades que despejen el camino.
La primera premisa, por supuesto, pasa por la inflación. "La inflación se moderará bien con el efecto escalón de la subida de impuestos en 2007, bien por una más que probable caída de los precios del crudo y otras materias primas en la segunda mitad del año", asegura José Luis Martínez Campuzano, estratega en España de Citi. Los pronósticos del BCE también prevén una relajación de los precios: para este año podrían frenarse hasta una horquilla comprendida entre el 2,6 y el 3,2 por ciento, cifras que para 2009 sitúa entre el 1,5 y el 2,7 por ciento. Teniendo en cuenta que la meta de la entidad es la defensa de la estabilidad de los precios "a medio y largo plazo", dichas previsiones abren una puerta a la bajada en las próximas reuniones.
Si, además, se tienen en cuenta otros factores, como las dificultades crediticias y la fortaleza del euro -que se ve respaldada por el mantenimiento de los tipos-, las posibilidades de ver rebajas en el futuro crecen. "Pese a la subida de la inflación, creemos que la crisis financiera, la continua apreciación del euro y la posible desaceleración del empleo pesarán sobre el crecimiento económico, lo que obligará al BCE a bajar los intereses", manifiestan los expertos de Deutsche Bank.
¿Y la velocidad? ¿Bajará el BCE los tipos tan rápido como lo está haciendo la Reserva Federal estadounidense, que los ha recortado del 5,25 al 2,25 por ciento desde septiembre? No, ni mucho menos. Los movimientos serían más controlados, de un cuarto de punto por trimestre. Así, el precio del dinero podría despedir el año en la región entre el 3,75 y el 3,25 por ciento.