
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha impulsado al fin algunas medidas de apoyo al emprendimiento que el Ejecutivo lleva prometiendo desde su llegada al poder, pero omite aprobar iniciativas que descarguen a las empresas del lastre que les viene suponiendo la abultada morosidad pública, achacable al incumplimiento reiterado por parte de las Administraciones Públicas de los plazos legales de pago estipulados. Unos plazos que en 2013 habrán de cumplirse obligatoriamente en cumplimiento de la legislación europea.
El Gobierno va a permitir la compensación de deudas entre distintas Administraciones, pero no generaliza la compensación del IVA por la deuda pendiente de las Administraciones con los proveedores, algo que aliviaría la carga de la morosidad pública para las pymes y autónomos.
Así pues, y pese a haber lanzado Hacienda dos planes de pago a proveedores, el Gobierno pierde una nueva oportunidad para sostener el tejido productivo saldando deudas de las Administraciones mediante la vía de la compensación con débitos fiscales pendientes de la empresa víctima de la morosidad pública. Una factura pendiente que lastra al tejido productivo con cerca de 40.000 millones.
Sí hay un microcaso en el que el Ejecutivo da un paso en apoyo del emprendedor, al permitir el pago del IVA cuando se cobren efectivamente las facturas y no cuando se emiten, como ocurre ahora. Pero ese cambio de modelo en el pago del impuesto se limitará sólo a empresas con menos de cinco empleados. Unas compañías que, como advierten los expertos consultados por elEconomista, por su reducido tamaño y plantilla no son precisamente las que suelen contratar con las Administraciones, salvo en algunos supuestos en que lo hacen con ayuntamientos u otras entidades locales.
Además, Rajoy anuncia este paquete para emprendedores, tras varios trimestres de retraso, porque se acerca su primer Debate sobre el Estado de la Nación, en el que su gestión habrá de pasar por el escrutinio del Congreso.
El presidente rendirá cuentas ante la Cámara los días 20 y 21 de febrero, y con este plan de incentivos al emprendimiento trata de evitar que los dardos de la oposición reclamen esos estímulos al tejido productivo que él a su vez solicita sin éxito a la canciller alemana, Angela Merkel, para relanzar la economía.
Su examen ante el Parlamento será duro, sin duda. Máxime cuando el jefe del Ejecutivo declinó celebrar el Debate el pasado verano, alegando que no llevaba un año completo al frente del Gobierno.
Los expertos consultados por elEconomista, tras examinar las medidas de incentivo al emprendedor que prepara el Gobierno, echan en falta lo que llaman "la clave", precisamente el pago de las deudas por parte de las Administraciones.
Aparte, estiman que las nuevas medidas no hacen sino seguir complicando el entramado de la cotización, al establecer nuevas modalidades y casos particulares, amén de ser medidas que tienen el riesgo de ampliar el déficit de la Seguridad Social sin establecer un marco jurídico estable sobre el que tomar decisiones económicas. Es el caso de las bonificaciones a la contratación de jóvenes, o ese incentivo para emprendedores de hasta 30 años, de modo que cotizarán sólo 50 euros al mes durante un semestre. Una medida ésta que precisamente solicitaba el domingo al Ejecutivo de Rajoy el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, además de un fondo de 20.000 millones de euros para luchar contra el paro.
Coinciden los analistas preguntados en que la mayoría de las medidas que va a impulsar el Ejecutivo no tendrá un impacto significativo sobre la creación de empresas y la contratación. En lugar de esos microestímulos, los expertos solicitan una cotización variable en función de la actividad, que incluso podría ser nula en periodos en que la empresa no tenga movimientos.