
España va por detrás de EEUU y Reino Unido en bajar el pasivo de los hogares.
Tres países y tres burbujas inmobiliarias pinchadas, pero ahí se acaban las coincidencias entre Estados Unidos, Reino Unido y España, en la medida en que a las familias de este último país les está costando mucho más digerir las consecuencias del estallido del boom del ladrillo en términos de reducción de duda.
De acuerdo con los análisis que maneja la banca española, basada en estudios de consultoras internacionales, a nuestro país le quedan "varios años" más antes de completar su proceso de despalancamiento familiar, a juzgar por la lentitud con la que se está llevando a cabo la catersis, si se mide en términos de deuda en relación con la renta bruta disponible de las unidades familiares.
En los tres países se alcanzó el pico de ese indicador entre finales de 2007 y mediados de 2008. En el caso estadounidense el capítulo del debe familiar aumentó un 80 por ciento; el porcentaje se eleva al 87 por ciento en lo que respecta a Reino Unido. A España le correspondió un aumento del 168 por ciento, es decir, casi se triplicó.
Pese a que este último país contaba con mayor margen que los dos anteriores para llevar a cabo su reducción, la diferencia de ritmos no deja de llamar la atención a los expertos.
En efecto, la ratio entre deuda y renta ha experimentado un descenso del 17 por ciento en la primera potencia del mundo. Al otro lado del Atlántico no le va muy a la zaga el Reino Unido, con un desapalancamiento de 14 puntos porcentuales.
Ante esos tempos palidece el 7 por ciento de descenso que España ha cobijado, que hace barruntar una larga temporada de esfuerzos aún por delante para los hogares españoles, con objeto de librarse de la carga de deuda.
A la hora de buscar una expliación sobre lo marcado de estas diferencias, los economistas del sector bancario español encuentran la clave en el diferente comportamiento del PIB de estas economías, un factor que afecta directamente al denominador (la renta bruta) de la ratio gracias a la cual se mide el desapalancamiento.
Diferentes recesiones
En efecto, tanto en España como en las dos potencias anglosajones se han producido recesiones en los años inmediatamente anteriores y ha habido recaídas (de hecho, Reino Unido tiene todas las papeletas para caer en las garras de una especialmente profunda este año, según informaba recientemente el Wall Street Journal).
Ahora bien, no todas las recesiones son iguales y España también se ha distinguido en este aspecto. Además de su aumento del desempleo, sin parangón en proporción al PIB con ningún otro país avanzado, las consecuencias para la renta de los hogares han sido especialmente crueles.
Expresado en cifras los recursos de las familias sólo han crecido un 2 por ciento desde el año 2008. En idéntico periodo de tiempo, tanto en Estados Unidos como en Reino Unido los recursos de las unidades familiares se han elevado por encima del 10 por ciento.
La brecha se agrandará
Y no hay visos de que una posible igualación entre los dos extremos se encuentre cerca. En Estados Unidos, pese a la amenaza que ha supuesto el tira y afloja entre demócratas y republicanos sobre el aumento del techo de deuda, el PIB estadounidense crece, fluye el crédito y su banco central, la Reserva Federal, se encuentra en condiciones de mantener todos sus estímulos monetarios.
En España por contra, todos los expertos coinciden en que habrá una nueva contracción de la economía de, como mínimo, cinco décimas en tasa anual.
Malas noticias, una vez más para las familias y sus posibilidades de salir de una trampa de deuda excesiva y digerir los excesos del ladrillo.