Con la evidente sombra de la temida contracción del crecimiento del PIB estadounidense tronando sobre la economía del país, dos ciudades clave viven su propio calvario derivado de esta enrevesada crisis. En la costa este del continente norteamericano, Nueva York ha salido escaldada tras la oleada de despidos anunciada por Wall Street, mientras al otro lado del país, los estudios de cine comienzan a apretarse el cinturón y guardan en el cajón multimillonarios proyectos a la espera de que lleguen tiempos mejores.
La situación laboral entre los empleados de servicios financieros no parece nada alentadora y pese a que la firma de análisis ADP daba a conocer ayer en un estudio que las empresas estadounidenses han sumado cerca de 8.000 nuevos empleados durante el pasado mes de marzo, las cosas entre los bancos de inversión pintan bien distintas. Mientras ayer mismo Merrill Lynch anunciaba que reducirá un 10 por ciento de su plantilla laboral fuera de su unidad de inversión, la compra de Bear Stearns por parte de JP Morgan pondrá de patitas en la calle a cerca de 14.000 personas.
Sangría masiva de despidos
Para poner la guinda al pastel, la firma de análisis de mercados, Celent, aseguró que la industria bancaria estadounidense experimentará una sangría masiva de despidos que podría llegar a eliminar cerca de 200.000 puestos de trabajo durante los próximos 12 meses. Todo un récord.
El problema de esta situación es que la economía de la Gran Manzana esta seriamente ligada a Wall Street hasta tal punto que cada perdida de empleo en el sector financiero provoca que otros dos ciudadanos fuera de esta industria se queden en la calle. Nueva York se ha convertido en una adicta a los sueldos de los empleados en entidades de inversión, que han visto como sus salarios se han duplicado desde 2001 hasta alcanzar la friolera de 387.000 dólares anuales de media.
Fomentar el mercado inmobiliario
Así, hasta ahora los acaudalados trabajadores de firmas como Bear Stearns, Merrill o Lehman Brothers eran eslabones clave dentro del consumo de los neoyorquinos. Sus lujosos estilos de vida fomentaban el mercado inmobiliario, el automovilístico, los restaurantes, delhis y demás servicios que colman la ciudad.
De momento, Citigroup ha despedido a 6.000 personas, Lehman ha anunciado recortes laborales de 1.400 puestos de trabajo mientras Goldman Sachs podría deshacerse de 6.400 empleados. En los dos primeros meses de 2008, la venta de pisos en Manhattan ha caído un 6.4 por ciento mientras la salida al mercado de viviendas experimenta su mayor ritmo de los últimos ocho años, según la inmobiliaria Miller Samuel Inc.
Crisis de cine
En la ciudad de Los Ángeles, los principales estudios de cine parece que no levantan cabeza. Tras las pérdidas provocadas por los tres meses de huelga por parte de los guionistas, que provocaron pérdidas que sobrepasan los 1.000 millones de dólares, ahora la crisis de crédito parece ahogar más a los productores.
Según informaba la revista Variety, los presupuestos para series piloto y películas ha caído en picado mientras muchos proyectos permanecen “en cuarentena” y sin esperanzas de seguir adelante, al menos por el momento. Para colmo, el sindicato de actores (SAG, por sus siglas en inglés), amenaza con ir a la huelga como hicieron sus colegas escritores. Por supuesto, con los horarios trastocados por el parón registrado en las emisiones de series de televisión, las jornadas laborales se alargan y son más costosas.
El mercado del entretenimiento
En la Meca del cine muchas compañías ya se han puesto a ahorrar. Time Warner ha decidido despedir buena parte de sus empleados de su productora New Line mientras en CBS se anunciaban despidos de un buen número de empleados en sus servicios de noticias.
El mercado del entretenimiento necesita una corrección señalan los expertos, y, por eso, proyectos que antes contaban con presupuestos de 4.5 millones de dólares cada tres años ahora se reducirán a 1.5 millones y eso trastocará a muchos equipos de trabajo.
