
Las empresas han optado por mantener los periodos tradicionales de rebajas, aunque desde el pasado julio pueden hacer rebajas cómo y cuando quieran.
La liberalización de las rebajas no acaba de cuajar entre las empresas de distribución. Aunque desde el pasado mes de julio, la ley eliminó la normativa que regulaba estos periodos de venta con descuento, permitiendo que se lleven a cabo durante todo el año, son muy pocos los que han optado realmente por extender los saldos. Los márgenes están ya más ajustados y ni los pequeños comercios ni las grandes empresas de distribución pueden bajar aún más sus precios.
Por eso, y aunque las promociones y ofertas puntuales si que se siguen extendiendo a lo largo del año, las empresas han optado por mantener los periodos tradicionales de rebajas: dos meses a partir del 7 de enero y otros dos más desde el 1 de julio. Pero no se trata ya de dar salida a los 'stocks' de temporada -los avances en logística permiten que sean cada vez más pequeños-, sino de una cuestión más bien de marketing. El consumidor sigue identificando las rebajas con unos periodos muy concretos y eso es lo que la distribución intentará aprovechar. Primero ahora, en invierno, y después en verano.
La Confederación Española del Comercio (CEC) estima, por ejemplo, que cerca del 80 por ciento de los pequeños y medianos establecimientos especializados ha decidido esperar y no iniciarán las rebajas de invierno hasta la próxima semana, a pesar de que la ley les hubiera permitido, por ejemplo, llevarlas a cabo a lo largo de toda la campaña de Navidad para intentar revitalizar el consumo.
Eso sí, la organización prevé que en la mayoría de las comunidades autónomas, los comerciantes realizarán un nuevo esfuerzo con importantes descuentos iniciales de hasta el 50 por ciento -en algún caso se puede llegar hasta el 70 por ciento- coincidiendo el mayor volumen de ventas en las dos primeras semanas. Estos descuentos se suman a las promociones puntuales efectuadas en los últimos meses, especialmente en diciembre, con el objetivo de que repunte el consumo, que arrastra una fuerte contención desde que comenzara la crisis económica.
"Confiamos en que los ciudadanos acudan estos días a los comercios aprovechando las rebajas. Con ello, estaremos apoyando a miles de emprendedores, autónomos y pequeñas y medianas empresas, que trabajan cada día por ofrecer un servicio profesional, de calidad y próximo al consumidor", asegura el presidente de la CEC, Manuel García-Izquierdo.
Desde Anged, la patronal de las grandes empresas de distribución, que defiende los intereses de compañías como El Corte Inglés, Carrefour o Eroski, insisten, por su parte, en que "nosotros siempre hemos defendido la liberalización, pero luego son las empresas las que deciden libremente cuando llevarla a cabo de acuerdo con sus intereses".
Oposición al decreto
La liberalización tampoco parece contentar a los consumidores. De hecho, la organización Facua alerta del descontrol que provocará que cada comercio pueda elegir su periodo de rebajas sin control. En su opinión, el decreto ley aprobado por el Ejecutivo de Rajoy ha convertido las rebajas en "una parodia de lo que han sido durante más de 15 años".
Facua advierte que este nuevo sistema va a permitir que se den casi todas las irregularidades con las que muchos comercios abusaban de los consumidores y dificultará que las comunidades autónomas realicen las inspecciones correspondientes.
En este sentido, la asociación recuerda que el Tribunal Constitucional admitió a trámite el pasado mes de octubre el recurso presentado por la Junta de Andalucía al considerar que se estaban invadiendo competencias autonómicas. Asimismo, la desregulación de las rebajas ha encontrado respuesta por parte de la Generalitat de Catalunya que, frente a la ley estatal, aprobó un decreto en octubre que limita los periodos estacionales del 7 de enero al 6 de marzo, y del 1 de julio hasta el 31 de agosto. Pero no son los únicos aspectos polémicos. La federación de consumidores Facua señala que las tiendas pueden anunciar ahora como rebajado lo que un día antes no estaba en el local.
Ante esto, la asociación recomienda a los consumidores valorar la necesidad real de la adquisición de los productos, su calidad y precio actual por encima de la sensación de ahorro que pueda representarles el descuento. Una buena campaña de rebajas sería, en cualquier caso, positiva para todos. Significaría que la confianza se está recuperando y que el consumo vuelve a crecer. Sería el mejor regalo de los Reyes Magos para la economía española.