César Muñoz Acebes
Washington, 28 mar (EFECOM).- El Consejo Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó hoy una nueva fórmula para el reparto del poder en el organismo que dará más voto a España, aunque no llegará a la cifra demandada por el Gobierno.
La nueva ecuación otorga a España un 1,63 por ciento del voto total en el seno de la institución financiera pública más importante del mundo, frente al 1,41 que el país poseía antes de que Rodrigo Rato, el anterior director gerente del FMI, pusiera en marcha el proceso de reforma.
La nueva cifra se queda aún muy atrás del peso de la economía española, pues el país genera el 2,25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del mundo, y tampoco alcanza el 2 por ciento del voto exigido por el Gobierno.
Aun así, en una nota divulgada en Madrid tras la votación, el Ministerio de Economía y Hacienda se apresuró a destacar que España será el país desarrollado que más ganará con el cambio, por delante de Irlanda y Japón.
Recalcó que la nueva fórmula "subsana en cierta medida" la infra-representación de España.
Mayores desfases ocurren en Asia, donde los países que luego se tornarían tigres económicos, además del dragón chino, recibieron una cuota de poder ínfima a su ingreso al FMI.
Como en el caso de España tras su integración en 1956 al organismo, su extraordinario progreso económico en las últimas décadas no les dotó de un mayor poder de voto en un Fondo que ha seguido dominado por las grandes potencias que ganaron la Segunda Guerra Mundial.
La idea de formar un fondo monetario asiático y los acuerdos de cesión de reservas han asustado al FMI, que teme perder su importancia en el mundo, y han dado impulso al proceso de reforma que culminó en la ecuación que se votó hoy.
El mayor beneficiado con la nueva fórmula será China, que obtendrá un 3,81 por ciento del voto total, seguida por Corea del Sur, India, Brasil y México.
Cederán poder especialmente Reino Unido y Francia, que quedarán con un 4,29 por ciento del voto cada uno.
Tanto Rato como su sucesor, Dominique Strauss-Kahn, enfatizaron que el objetivo de la reforma era dar más poder a las naciones emergentes.
En este sentido, los cambios previstos son mucho menores que los exigidos por sus Gobiernos y recomendados por la mayoría de los expertos independientes.
En total, los países industrializados transferirán tan sólo un 2,7 por ciento del voto a las naciones en desarrollo, incluidos algunos pequeños cambios ya aprobados hace año y medio.
Strauss-Kahn reconoció en una rueda de prensa que la nueva fórmula no refleja aún la realidad económica del mundo, pero recalcó que la alternativa era que no se aprobara ninguna modificación.
"Este es un primer paso y otros seguirán. No había ninguna otra forma de avanzar", dijo el ex ministro francés.
El acuerdo sólo fue posible porque las naciones en desarrollo, lideradas por Brasil, decidieron aceptar la cesión de poder, por pequeña que aún les parezca, como algo mejor que nada.
Votaron en contra Rusia, Irán y Arabia Saudí, y se abstuvieron Egipto y Argentina, que son países que pierden cuota.
"Esta reforma es poco más que mantener el status quo para algunos países y un revés para la mayoría", dijo Liz Stuart, de la organización Oxfam, que reclama más poder para los países en desarrollo.
Se oponían a una redistribución más profunda pequeñas naciones europeas sobre-representadas, los países petroleros, Francia y Reino Unido, que no querían que China les sobrepasase en voto, según fuentes del Consejo Ejecutivo.
Los ministros de Economía o gobernadores de los bancos centrales de los países miembros deberán votar la propuesta hasta el 28 de abril, aunque el resultado está cantado, dado que sus representantes ya dieron su visto bueno en el Consejo.
Posteriormente, se abrirá un proceso de ratificación formal de los cambios de la "Carta Magna" del FMI, tras lo cual la nueva fórmula entraría en vigor el 31 de octubre, según el organismo.
Strauss-Kahn dijo que se revisará la definición de las variables que componen la fórmula en los próximos años. Sin embargo, los elementos fundamentales de esa ecuación estarán de nuevo escritos en piedra, como en los pasados 60 años. EFECOM
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