¿Qué China se ve en España? No la de ejecutivos con ganas de comerse el mundo, si no la de las tiendas sin horarios y con todo tipo de productos. Tiendas que generan polémica. Sólo en un año se han presentado denuncias por irregularidades en 600 tiendas de Madrid. Falta de horarios, y errores en las licencias y en el etiquetado son algunas de las anomalías.
El leve olor procedente de la cocina indica que es la hora de la comida. También en la planta 14 de uno de los edificios más emblemáticos de Madrid, el Club Financiero Génova, lugar de encuentro de ejecutivos con corbata que suelen acudir a comer y de paso disfrutar de una de las mejores vistas de Madrid. Entre esos ejecutivos destacan unos en especial; no por su vestuario o su peinado, sino por sus ojos rasgados.
Una generación de ejecutivos chinos, de entre 25 y 40 años, muy bien formada, que se ha hecho millonaria con negocios de importación y exportación, que busca integrarse en la sociedad española y también hacerse un hueco en el empresariado.
Pero esa no es la China que más se ve en España. La de tiendas sin horarios, la que mezcla en los estantes batidos, enchufes y lejías y la que permite comprar desde un tornillo para la ducha hasta una barra de pan.
Que se lo digan a Alfonso Tezanos, presidente de la Federación de Empresarios de Madrid (Fedecam), que denuncia con rotundidad la falta de igualdad en la que compiten los pequeños comercios de la Comunidad de Madrid -aunque la situación parece que se repite en otras ciudades españolas- con las tiendas regentadas por ciudadanos chinos.
Se vende de todo
"Bajo un letrero que dice frutos secos y alimentación se vende absolutamente de todo, porque ahora tienen ropa, calzado y hasta complementos", dice. Tezanos cuenta y no para: "Se pasan un montón de horas abiertos, negocios que son casi una vivienda para toda la familia y que muchas veces no tienen ni licencia para operar".
Y recuerda como esa misma mañana ha recibido la llamada de uno de sus asociados, la propietaria de una panadería que tendrá que pagar una multa de 300 euros por no poner el cartel de prohibido fumar en el lugar adecuado .
Sólo en 2006, la asociación que preside Tezanos puso casi 600 denuncias al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid, en las que se identificaba a los establecimientos -Fedecam contabiliza unos 3.000 sólo en la Comunidad- que a su juicio no cumplen la normativa vigente en todo o en parte.
Incumplen la normativa
Y vuelve a cargar contra este tipo de establecimientos, con una retahíla de ilegalidades: "No respetan los horarios, incumplen la normativa de licencias, la de etiquetado, no tienen carnet de manipulador, no pagan salarios y, lo que ya es el colmo, no cumplen con las obligaciones fiscales ni de la Seguridad Social. ¡Si tienen a los niños y a los abuelos trabajando!".
Una competencia a la que no parecen hacer mucho caso las autoridades competentes. Bueno, la verdad es que Alfonso Tezanos va más allá cuando acusa directamente a las juntas municipales: "Ignoran la existencia de estos establecimientos. Cuando hacen una inspección rutinaria pasan por alto porque a efectos legales a ellos no les consta que exista".
Antes de que se le formule la pregunta, Tezanos replica: "Y precisamente si no les consta es cuando debería alertarles más". Y echa mano de sarcasmo puro: "Pero claro, esto les supone demasiada burocracia". Y cómo no, dice, el plato lo paga el pequeño comercio. "Primero fue la competencia de los hipermercados, luego de los supermercados y ahora de los chinos".
Con todos estos datos, no se extraña cuando asegura, sin pestañear, que el comerciochino es la franquicia más rentable y la más grande del mundo. "También es la más depredadora, con esa imagen de sosiego y tranquilidad que desprende", señala.
Infranegocio
Y vuelve a apuntar con el dedo acusador a las distintas administraciones implicadas en este asunto. "En público dicen que apuestan por el comercio de proximidad, pero cada vez se aparca peor en el centro y hay que irse al centro comercial de las afueras; además, este tipo de comercio chino da imagen de infranegocio, porque buscan locales comerciales donde puedan competir con sus productos y no cuidan para nada su imagen".
Al final, reclama que ni siquiera cumplen con ese axioma que va implícito en cualquier actividad empresarial: que genera riqueza y empleo. "No aportan nada de eso, y encima los productos que venden proceden todos de China. Actuando de esa forma, ellos mismos se han dado cuenta del filón de ingresos que obtienen".