El Gobierno alemán considera inviable jurídicamente una nueva quita de la deuda de Grecia, que esta vez afectaría a los acreedores públicos. Según Der Spiegel, la troika, formada por el BCE, el FMI y la Comisión Europea, propondrá en su inminente informe que los acreedores públicos acepten pérdidas en su deuda helena.
Pero según ha explicado el portavoz del Gobierno de Angela Merkel, Steffen Seibert, la legislación alemana prohíbe al Ejecutivo dar créditos o garantías a países de los que se considera que hay una alta probabilidad de que no cumplan con sus obligaciones. No sería lógico que se aceptase una nueva quita en Grecia -después de la que asumió el sector privado- cuando a la vez se negocia una nueva ayuda para el país.
Una quita implicaría un incumplimiento de las obligaciones y esto, visto hacia al futuro, sería considerado como una alta posibilidad de nuevos incumplimientos. Esa medida impediría al Gobierno alemán participar en futuras ayudas a Grecia en forma de créditos o garantías.
Seibert ha negado pronunciarse sobre un informe que todavía no ha sido publicado, pero ha señalado que en términos generales éste sólo contiene recomendaciones y que la decisión sobre su aplicación o no depende de los gobiernos y los parlamentos de los países de la Eurozona.
Ya el propio ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, había asegurado en una entrevista en la emisora de radio Deutschlandfunk que es "irreal" pretender que los acreedores públicos se sumen a una nueva quita.
En su opinión, los países europeos tienen "las manos atadas" por la legislación comunitaria en materia presupuestaria, ya que no se puede dar más dinero "a quien no cumple con sus obligaciones". "Es más realista un programa de recompra de deuda, en el que Grecia, mediante nuevos créditos, recompre bonos antiguos a su actual precio de mercado, esto es, más barato", añadió.
El 31 de octubre habrá decisión sobre Grecia
