WASHINGTON, 8 de octubre de 2012 /PRNewswire/ -- Desde hace un año Google lleva en el punto de mira de las investigaciones antimonopolio en Estados Unidos y Europa, pero ahora la compañía de búsqueda ha devuelto el fuego. En un informe encargado por Google y publicado hoy, los dos prestigiosos expertos antimonopolio desmienten las demandas de las críticas a Google, ya que carecen de cualquier argumento económico o legal competente para un caso gubernamental antimonopolio.
What Does the Chicago School Teach About Internet Search and the Antitrust Treatment of Google? [http://criterioneconomics.com/wp/wp-content/uploads/2012/09/SIDAK.Google.Internet-search.Antitrust.pdf] es el trabajo del juez Robert Bork y del profesor Gregory Sidak. El informe examina las teorías legales de las críticas de Google y compara estas conjeturas con la experiencia de búsqueda del mundo real.
Las siguientes declaraciones podrían atribuirse a Bork y Sidak:
Las críticas hacia Google afirman que el tamaño de Google hace que sea el "puerto hacia Internet" y que las prácticas de búsqueda de Google van en contra de la competencia, como la forma en la que clasifica los resultados de búsqueda. Bork y Sidak tratan el tema de si Google en realidad presenta la capacidad e incentivo de bloquear a la competencia desde sus resultados de búsqueda. Aunque las demandas de la crítica indican cómo las prácticas de búsqueda de Google podrían dañar a los rivales de Google en la búsqueda, Bork y Sidak han solicitado si las prácticas que se emiten bajo el fuego antimonopolio dañan realmente a los consumidores y los procesos de competencia. De forma similar, se preguntan si los remedios propuestos antimonopolio solo podrían proteger las posiciones de mercado de los competidores de Google a expensas del bienestar de los consumidores.
Gracias a la Chicago School de derecho y económicas, los tribunales han enfatizado que desde finales de los años 70, la ley antimonopolio protege a los consumidores de los procesos de competitividad. La distinción entre la monopolización por medio de medios ilegales y el crecimiento de la rivalidad con méritos es vital para examinar las prácticas de investigación para las que las agencias antimonopolio de Estados Unidos y Europa llevan investigando Google desde 2010.
Los competidores de Google indican que sus metodologías de clasificación y algoritmos de búsqueda son injustos. Las críticas se han centrado en su las clasificaciones de Google de sus resultados de búsqueda "especializados" dañan a los competidores y si Google excluye a los competidores al limitar el accesos a las entradas de búsqueda. Al contrario que los resultados de búsqueda "generales", que proporcionan enlaces a otras páginas web, los resultados de búsquedas especializadas proporcionan respuestas directas para las consultas de los usuarios basándose en el tipo de media pertinente a la consulta, como imágenes, videos, mapas, lugares locales, productos y noticias en tiempo real.
Pero es difícil ver cómo algo que Google hace en la búsqueda y algoritmos de clasificación es injusto. Google basa sus negocios en el desarrollo de algoritmos de búsqueda y clasificación que facilitan las búsquedas para los consumidores. Google podría emplear una metodología de clasificación particular solo si ayuda a atraer y mantener a los usuarios con buscadores. Los competidores de Google hacen lo mismo, incluyendo la oferta de búsqueda especializada. Los tribunales hace tiempo que han reconocido que esta práctica es como una "ventaja salvadora competitiva" cuando todos los competidores la usan. Además, Google ha Ganado cuota de mercado, incluso a costa de sus competidores, desde sus prácticas cuestionadas, lo que no justifica una intervención antimonopolio. El juez Frank Easterbrook ha explicado que "cada práctica competitiva de éxito tiene víctimas. Cuanto más exitosa sea la nueva metodología de fabricar y distribuir un producto, más profundas serán las heridas de más víctimas". Así es la naturaleza intrínseca de la competición. Cuestionar cada una de las prácticas que producen las víctimas sería algo contraproducente.
Castigar a Google por ser el competidor de búsqueda más eficaz podría dañar a los consumidores, y con ello contradecir el objetivo reconocido de la ley antimonopolio. Los buscadores tipifican la competición dinámica - el ciclo virtuoso en el que la innovación impulsa la competitividad, que impulsa aún más el bienestar de los consumidores de cara a la mejora de la innovación. La competición dinámica en la búsqueda mejora la experiencia de los usuarios, aumentando el valor de los servicios de búsqueda para los consumidores y anunciantes. La intervención antimonopolio que podría prohibir o circunscribir las prácticas de Google podría ser prejudicial, disuadiendo así las mimas innovaciones de mejora del bienestar que han hecho de Google un competidor eficaz. Este uso de la ley antimonopolio podría debilitar la competición dinámica, ya que solo las firmas de éxito tendrían que estar preocupadas por su penalización por ser ganadoras. Los perdedores no se enfrentan a las demandas de monopolización por carecer de un producto superior, conocimiento empresarial o de los beneficios de un accidente histórico.
Bork y Sidak proporcionan las herramientas que la Chicago School suporta en relación a varias críticas de Google impulsadas por sus competidores. Rechazan la demanda de que Google es el "puerto" para Internet. Explican el mercado de dos caras para la búsqueda de Internet: Los usuarios de Internet han demandado una búsqueda libre, y los anunciantes han demandado gente que les vea. La naturaleza de dos caras de las búsquedas de Internet es crucial para conocer cómo los incentivos de Google se alinean con la promoción de una competencia y bienestar para los consumidores. La mayor fuente de ingresos de Google procede de la publicidad, y la demanda de los anunciantes depende de la demanda de los consumidores hacia Google. Esos consumidores pueden cambiar a buscadores sustitutos de forma instantánea, y con un coste cero, constriñendo la capacidad de Google y los incentivos de actuar de forma anticompetitiva. Los consumidores también pueden navegar de forma directa por cualquier buscador gracias a la arquitectura abierta de Internet.
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