
El excomisario europeo volvería a presidir el Ejecutivo italiano tras las elecciones generales de abril de 2013
Ha hecho falta otra bajada de los mercados para que Mario Monti haya dado un paso al frente. El miércoles negro de la Bolsa de Milán, tras los rumores sobre el rescate de España y la preocupación internacional por la cercanía de las elecciones generales en el país transalpino, ha terminado de convencer al primer ministro tecnócrata: "Si hubiera una circunstancia especial y me lo piden, consideraría la hipótesis de echar una mano", dijo ayer Monti desde Nueva York donde participa en la Asamblea General de la ONU. Abre el paso así a un segundo mandato como presidente.
El excomisario europeo, que formó en noviembre del año pasado un Ejecutivo tecnócrata, explicó que "lo normal" sería que, después de los comicios, los partidos políticos presenten a uno de sus miembros para ocupar el puesto de primer ministro.
Situación política
Monti, sin embargo, se da cuenta de que la situación política italiana genera preocupación en los inversores y en las demás capitales europeas. En la región de Roma, el Lacio, acaba de estallar un escandalo, el enésimo, para el partido de Silvio Berlusconi: algunos diputados regionales se acusan entre sí del despilfarro de millones de euros de financiación pública y la malversación es documentada por las fotos de fiestas al estilo de bacanales romanas a cargo del contribuyente.
Del otro bando el progresista Partido Demócrata, favorito para ganar las elecciones, está sumido en batallas internas a la espera de elegir su candidato a presidente de Gobierno, con regalo de votos incluido a los movimientos de protesta antieuro, como la lista liderada por el cómico Beppe Grillo.