
Para el actual gobernador del Banco de Francia y miembro del directorio ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), el anuncio de compra de deuda soberana por parte de la entidad es "tranquilizador". Es optimista con la labor de los Estados de la eurozona para restaurar la credibilidad en los mercados y no entiende por qué han de separar los bancos sus tarea comercial de los servicios de inversión.
P.- Las compras de deuda soberana anunciadas por el BCE y la 'luz verde' del Tribunal Constitucional alemán al Mede, ¿suponen un giro crucial en la crisis europea?
R.-Han recibido una acogida positiva en los mercados y el futuro se atisba mucho más despejado. El mecanismo europeo de rescate es clave para reforzar la cohesión de la eurozona. Da fe de la irreversibilidad del euro. Ayudará a las economías debilitadas a recuperar competitividad y crecimiento. La decisión del BCE es tranquilizadora por tres razones: las compras son potencialmente ilimitadas; la fijación de fuertes condiciones previas obligará a los Estados a perseverar para enderezar sus presupuestos; y dichas compras entran en el marco del mandato del BCE. Son intervenciones en el mercado secundario cuyo objeto es restaurar una buena transmisión de la política monetaria hacia la economía real.
-El BCE ha cumplido su misión. ¿Qué deben hacer ahora los políticos?
Los Estados de la zona euro necesitan restaurar su credibilidad, y ya están en ello. Unos han tenido que poner en marcha planes de austeridad y otros están emprendiendo reformas estructurales y siguen reduciendo su déficit público.
-¿Es necesario que los bancos soporten menos deuda soberana?
Los bancos deben facilitar la financiación de la economía; desde esta perspectiva, no tienen por qué detentar deudas soberanas de forma masiva , incluso si son activos líquidos que son preciosos en el marco de una gestión activo-pasivo.
-El proyecto de supervisión bancaria europea, ¿está acorde con sus expectativas?
Sí, es conforme a lo que deseaba. La crisis financiera ha puesto de manifiesto una de las debilidades de Europa: la relación entre riesgo bancario y riesgo soberano. Pasó tras la quiebra de Lehman Brothers. Y cuando estalló la crisis de deuda en la zona euro, las condiciones de refinanciación de los bancos se encontraron correlacionadas con el riesgo soberano, con las consecuencias que sabemos. La gran cantidad de liquidez suministrada por el Eurosistema redujo este efecto, pero el precio de los recursos se ha mantenido a un nivel muy alto en algunos países. Resultaba absolutamente necesario desligar el riesgo soberano del riesgo bancario. La unión bancaria europea es la garantía de una unión monetaria más sólida.
-Alemania manifiesta dudas con respecto al esquema decidido, en concreto sobre el número de bancos cubiertos por el BCE. ¿Podría esto ser una amenaza en un futuro?
El proyecto implica una transferencia de soberanía de los Estados hacia el BCE, cosa que Alemania siempre ha deseado. En cuanto a la cuestión del perímetro cubierto por el BCE, no había vacilación posible: había que cubrir todos los bancos. Los problemas provienen a menudo de las entidades pequeñas o medianas, como se ha visto en Irlanda o España. Si queremos ser creíbles de cara al mercado, hay que cubrir todo el espectro.
-¿Cómo se distribuirán las tareas entre los supervisores nacionales y el BCE?
La responsabilidad jurídica de la supervisión será transferida al BCE, pero, en la práctica, los supervisores nacionales seguirán siendo artífices del control de los bancos en el día a día. Se trata, en realidad, de un dispositivo que se asemejará al del Eurosistema. El BCE tendrá preponderancia en las decisiones de la vigilancia: apreciación del nivel de fondos propios en vista de los riesgos tomados, respeto de la reglamentación... Deseo que el banco de Fráncfort tenga poderes de decisión para tratar los casos de bancos en dificultad.
-¿Sigue usted oponiéndose a la separación de las actividades de inversión y comerciales?
No entiendo para nada qué interés tiene este principio de separación de las actividades. Lo único que deseo es que se prohíban lisa y llanamente las actividades especulativas, y los controles internos reforzados sobre los riesgos ligados a las actividades se mercado. Por lo demás, los bancos deben tener la capacidad de acompañar a sus clientes, ya sean particulares, empresas o instituciones, en todas las operaciones, en los mercados obligacionistas, en el cambio, en las operaciones de cobertura, crear productos de ahorro... Por todas estas razones, no acabo de entender el concepto de separación, mientras que sí entiendo el de cese de la especulación.
-Al tiempo que las quiebras prosiguen, los bancos han conseguido una flexibilización de las constricciones de liquidez en Basilea III. ¿No es esto paradójico?
Esto no es así. Siempre hemos considerando que hacía falta un ratio de liquidez -y de hecho aplicamos nuestras reglas nacionales desde hace varios años, cosa que no ocurre en todas partes-. Pero el proyecto ha sido cerrado demasiado rápido, y ha habido que volver a trabajarlo. Tenemos que llegar al justo equilibrio entre una regulación estricta y el apoyo a la financiación de la economía.