
"El AVE salía de Atocha a las 7:00, y las 6:45 ya estaba en mi asiento. Por más que me estiraba, mis rodillas no tocaban el asiento de delante, al contrario de un avión, en el que se va literalmente encajado. En 20 minutos ya rodábamos a 200 kilómetros hora y durante todo el trayecto usé el modem 3G sin problemas de cobertura. Finalmente llegué a Barcelona a las 9:38 con cuatro minutos de adelanto"...
El testimonio del empresario Esteban Trigo podría ser la mejor carta de presentación del AVE Madrid-Barcelona, que está hoy cumpliendo su primer mes de existencia. Pero no todos los usuarios lo ven tan de color de rosa y quienes se decantan por el avión para cubrir el trayecto entre capitales argumentan, entre otras cosas, las altas frecuencias de salida en la hora punta de primeras horas de la mañana y la puntualidad que ofrece el avión en ese momento del día.
300.000 personas en AVE
Hace exactamente un mes, cuando se inauguró el servicio, muchos medios de comunicación trataron de comprobar en qué tiempo exacto se cubría el trayecto con uno y otro medio y con cuál se llegaba antes. Y en la prueba que hizo El Periódico, por ejemplo, ganó el AVE por muy poco: sólo siete minutos.
Con todo, y más allá de preferencias personales -los hay trenadictos y los hay a lo que les encanta desconectar, sin móvil ni portátil, una hora a bordo del avión-, el caso es que, a la espera de que el presidente de Renfe, José Salgueiro, haga un balance oficinal el lunes, ya se sabe que en apenas 30 días unos 300.000 usuarios han optadon por el tren desde el pasado 20 de febrero. Si tenemos en cuenta que los aviones que suelen cubrir esta ruta transportan una media de 200 pasajeros, la cifra equivale a todos los que van en 1.500 aviones .
Por esa razón, una de las primeras medidas que ya han tomado las aerolíneas que ofrecen el puente aéreo, Iberia y Spanair, es reducir las plazas en cada ida y vuelta que realizan, sin que eso afecte a las frecuencias de vuelo, que las mantienen por el momento.
"No es una amenaza"
Desde Iberia dicen que todavía es un espacio de tiempo "muy poco significativo" y que no han hecho balance, aunque también admiten que como resulta "lógico, algo de tráfico va a disminuir". Después de Semana Santa empezarán a sustituir las aeronaves tipo Boeing 757 o Airbus 320, de 200 asientos, por otras de más reducida capacidad, tipo Airbus 319, de 150 plazas. Mantendrán eso sí las frecuencias de vuelo de 90 diarios de lunes a viernes.
En Spanair no ven al AVE "como una amenaza a la pervivencia de la ruta". Casi al contrario: consideran que es la entrada "de un nuevo competidor que atraerá a gran parte del mercado pero que al mismo tiempo hará más competitiva la ruta".
Reconocen que no son "ajenos a las ventajas de la alta velocidad" y que han estimado que el AVE captará "el 25 por ciento de nuestros pasajeros de la ruta". Con esa premisa, Spanair, que opera 40 vuelos diarios entre las dos capitales, se ha puesto también manos a la obra a desarrollar un plan para minimizar el impacto, basado en la disminución de la capacidad por un lado y por otro en la mejora del producto, pensando, sobre todo, en el "pasajero de negocios".
Plantearán ventajas para la compra del ida y vuelta, más ofertas que incluyan el hotel, incentivos para el cliente corporativo; renovarán la garantía de puntualidad... y si no se puede evitar la espera en el aeropuerto -algo que compite mal con el tren-, por lo menos hacerla agradable: harán una nueva sala VIP en Madrid.