
Enrique Bañuelos, el promotor inmobiliario que se ha aliado a La Caixa para levantar Barcelona World en Salou (Tarragona) y competir con Eurovegas, tiene su sede fiscal lejos de Cataluña: en Holanda. Según consta en el Registro Mercantil, el socio único de Veremonte España, la filial de su brazo inversor en nuestro país, está domiciliado en Ámsterdam.
Se trata de Veremonte International BV, que es la socia única no sólo de la esta compañía sino también, de acuerdo con las fuentes consultadas, de la brasileña Veremonte Participaçoes y del resto de los negocios del promotor valenciano, considerado el máximo exponente del estallido de la burbuja inmobiliaria.
De hecho, aunque el grupo tiene la sede central operativa en Londres, concretamente en Berkeley Square 25, y es en la capital británica donde residen tanto Enrique Bañuelos como el consejero delegado de la firma, Xavier Adserà, no oculta que la sede fiscal de sus actividades empresariales está en Holanda. Todo ello al margen de tener delegaciones comerciales en Madrid, Sao Paulo, Bogotá y Pekín.
Es posible así que parte de los beneficios que obtenga por el complejo de casinos puesto en marcha junto a La Caixa en la localidad de Salou (Tarragona) -el proyecto fue anunciado el pasado viernes por la Generalitat tras haber perdido Eurovegas- no acabe tributando en Cataluña, sino que lo haga finalmente en tierras holandesas. Fuentes de Veremonte consideran que son miles las compañías que han optado por ubicar su sede fiscal en Holanda y que por ese motvio no se les puede censurar.
Exención fiscal
De acuerdo con un informe reciente del Icex, las firmas holding holandesas no tributan por los dividendos y ganancias que les reporten sus filiales, siempre que se tenga una participación mínima en las mismas de, al menos, un 5%.
Para ejercer actividad con forma de holding simplemente hay que registrarlo y contar con una sede, que en muchas ocasiones responde simplemente a un apartado de correos. No es necesario que haya ni siquiera un administrador y el capital mínimo que se exige es pequeño. En el caso de una Naamloze Vennootschap o NV (sociedad anónima) es de 45.000?euros y en el de Besloten Vennootschap o BV (sociedad limitada) es suficiente con 18.000?euros. El de Bañuelos no es, sin embargo, el único caso.
De acuerdo con la Cámara de Comercio holandesa la mayoría de las empresas que cotizan en el selectivo Ibex 35 tienen constituidas sociedades en Países Bajos, aunque eso no quiere decir, lógicamente, que operen como matriz de todos los negocios y no paguen impuestos aquí. La familia Ruiz-Mateos, Agrolimen o el empresario Jaume Roures, administrador único de Mediapro, también han apostado en los últimos años por este país, provocando en los dos primeros casos una investigación por parte de Hacienda.
En total, según la revista Fortune, el 40 por ciento de las 550 mayores empresas de Estados Unidos, 245 multinacionales japonesas y 2.485 europeas tienen su sede fiscal en Países Bajos.
La principal fuente de ingresos de Bañuelos, en cualquier caso, sigue estando en Brasil. Tras el desplome en bolsa de Astroc, se marchó a este país con la compra de parte del capital de dos inmobiliarias del país sudamericano que posteriormente se han terminado fusionando, en una operación que permitió al empresario valenciano tener una participación significativa de una compañía aún más grande: PDG Realty.
Pérdidas de 148 millones
Los negocios brasileños, sin embargo, no le están saliendo últimamente como esperaba. PDG registró unas pérdidas de 486 millones de reales brasileños (unos 148 millones de euros) en el primer semestre del año frente a un beneficio en el mismo periodo del ejercicio anterior de 486 millones de reales (186 millones de euros), lo que ha forzado a Bañuelos a vender el grueso de su participación por 240 millones de euros. Con esos ingresos acaba de adquirir el 60 por ciento de otra inmobiliaria en el país, Union Ville, por 80 millones.
El pasado mes de junio adquirió también un 19,34 por ciento del capital de Gladiator Resources, firma australiana cuyo proyecto estrella es la explotación de minas de hierro de Uruguay por unos 400 millones de dólares (unos 320 millones de euros). Fuentes de Veremonte aseguran ahora que Bañuelos "ha puesto mucho dinero encima de la mesa para Barcelona World y espera que se apoyen iniciativas que generan trabajo", y aseguran que "hay que tropezarse y volver a levantarse y eso es lo que ha hecho Enrique Bañuelos".