
Los expertos no confían en que la mejora de los mercados se mantenga mucho tiempo si se perciben demoras en la petición de rescate y el equipo económico del Gobierno es consciente de ello. Sin embargo, en Moncloa se prefiere estirar el calendario y aguardar a que el saneamiento del sistema financiero esté prácticamente concluido.
La estrategia no está libre de riesgos, ya que los bancos aún deberán aguardar varias semanas para que se avance sustancialmente en su saneamiento. Están a la espera de los resultados de estrés que las auditoras tendrán a mediados de mes, y que luego se completará con el estudio de Oliver Wyman.
Tras este proceso se tendrá una idea muy precisa de las necesidades extra de cada entidad financiera, pero sólo es una parte de todo el proceso. En paralelo, se trabaja en el desarrollo reglamentario del banco malo, una norma que deberá definir qué activos y en que condiciones se traspasarán.
Los expertos no esperan que antes de noviembre el banco malo pueda empezar a funcionar. Y es que sólo cuando se conozca la fijación del precio y el volumen de activos se podrá fijar la cantidad que habrá que inyectar a cada entidad.
Elecciones autonómicas
Hay otra cita importante en las próximas semanas, y son las elecciones autonómicas en Galicia, en la que el Partido Popular se encuentra, según los sondeos, a sólo 5.000 votos de perder el escaño que le otorga la mayoría absoluta. Este es un argumento que hace que Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, esté tentado de pedir el rescate para España después de esta fecha para evitar la pérdida de ése escaño decisivo.
Además, el argumento de esperar a la banca favorece la elección de este calendario, por lo que todo induce a pensar que el mal trago podría producirse en noviembre.
Por otra parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) está vivamente interesado en jugar un papel en el diseño y monitorización del plan del Banco Central Europeo (BCE) a través de la compra de bonos emitidos por los gobiernos de la Eurozona.
Así lo dijo ayer la directora gerente del organismo supranacional, Christine Lagarde, sin aportar muchos detalles y tras recalcar no le gusta "especialmente" hacer de supervisor sin "haber participado activamente en el diseño" de un programa. Sobre el caso específico de Italia y España, Lagarde elogió las "firmes" decisiones adoptadas en los últimos meses por los gobiernos de ambos países.