España se encuentra entre la espada y la pared. La prima de riesgo se encuentra por encima de los 640 puntos básicos y el bono a diez años supera el 7,5%, unos niveles históricos que ponen de manifiesto que las puertas de los mercados empiezan a estar más que cerradas para las emisiones de deuda.
Fracasados los ajustes y ante la reiterada y tozuda negativa del Banco Central Europeo a intervenir comprando deuda española, al Gobierno prácticamente ya no le queda otra opción que no sea la petición formal de un rescate completo, algo que hasta hace muy poco era considerado como una auténtica línea roja que Mariano Rajoy jamás estaría dispuesto a cruzar.
Esta solución, sin embargo, tampoco resulta sencilla. Una intervención total tendría que permitir a España "retirarse" del mercado al menos durante dos años. Para que nuestro país pudiera permanecer este periodo de tiempo sin tener que apelar a los inversores -que ahora nos castigan sin piedad-, cubriendo al mismo tiempo sus vencimientos de deuda y sus nuevas necesidades de financiación, Europa tendría que poner encima de la mesa no menos de 300.000 millones de euros, a los que habría que añadir los otros 100.000 millones de euros ya comprometidos para recapitalizar nuestro sistema financiero. En total, unos 400.000 millones de euros, una cantidad que en estos momentos no está, ni mucho menos, disponible.
El fondo europeo temporal, el FEEF, sólo tiene en estos momentos 240.000 millones de euros, a los que hay que restar los mencionados 100.000 millones del rescate bancario. Así que habría que recurrir al fondo permanente, el MEDE, que se supone que tendrá una capacidad máxima de préstamo de 500.000 millones de euros. Este fondo debería haber entrado en funcionamiento el pasado 1 de julio. Sin embargo, su puesta en marcha está paralizada, en gran medida por culpa de Alemania.
A la espera del Constitucional
El Parlamento germano aprobó la creación del MEDE el pasado mes de junio, pero ésta se encuentra ahora pendiente de que el Tribunal Constitucional alemán emita un fallo sobre la legalidad de este instrumento financiero, algo que no ocurrirá al menos hasta el próximo 12 de septiembre, día en que está previsto que se pronuncie el alto tribunal.
Esta circunstancia deja al MEDE "sólidamente congelado" durante casi dos meses, ya que en ningún caso podrá empezar a funcionar hasta que cuente con el visto bueno del 90 por ciento de sus "patrocinadores". Como Alemania aporta el 27 por ciento de los recursos del fondo, su aprobación no podría, en ningún caso, pasarse por alto.
Los restos del FEEF
Hasta que el 12 de septiembre próximo se pronuncie el Tribunal Constitucional alemán, Europa se queda exclusivamente con los "restos" del FEEF para cubrir cualquier eventualidad que se pueda presentar, incluida una intervención total de España, para la que, obviamente, no habría dinero suficiente, a la vista de las cifras.
La fecha del 12 de septiembre también condiciona otras actuaciones. Diversas fuentes dan por hecho que Alemania no permitirá en ningún caso que el BCE intervenga, comprando deuda de los países con problemas, antes de que se haya pronunciado el Constitucional. La intervención de la entidad que preside Mario Draghi provocaría en Alemania un fuerte rechazo social que podría, incluso, influir en la decisión del Tribunal.
En cualquier caso, Europa se enfrenta a un panorama harto complicado. No hay dinero para rescatar a España, así que menos lo habrá todavía para intervenir Italia. Y los mercados ya han dictado sentencia, tal y como se aprecia en la evolución de las primas de riesgo: después de nuestro país, le tocaría a los italianos, cuya prima se encuentra ya casi por encima de los 500 puntos básicos.